LVBP: Juan José Ávila: Los altos cargos en la pelota profesional venezolana son bastante complicados

Harold Capote Fernández

 

Para cualquiera que sea amante del deporte de los bates, guantes y pelotas, es un gustazo conversar con un personaje como el ingeniero Juan José Ávila, hombre con elevadas concentraciones de esta apasionante disciplina en cada átomo de su cuerpo.

En el ámbito del beisbol profesional de nuestro país, su currículo es impresionante, especialmente en el contexto de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), cónclave en el que desempeñó altas, importantes y exitosas funciones con los Navegantes del Magallanes, además de ser presidente del circuito.

Tras una época tormentosa como fueron los años 80, el decenio de los 90 se cuenta quizás como el mejor en la historia de la nave eléctrica, y él fue parte fundamental de esos triunfos; como integrante del tren ejecutivo la tripulación fue campeona en la edición 1993/1994, luego en funciones de vicepresidente los Navegantes repitieron en la 1995/1996, y ya como el principal responsable por la travesía, Magallanes alzó los títulos en las ediciones 1996/1997 y 2001/2002.

 

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Esos años de constantes glorias los recuerda de modo significativo:

“En el beisbol profesional es complicado ganar un campeonato, por eso todos esos títulos son especiales para mí, cada uno de ellos posee su cuota extraordinaria, son diferentes entre ellos; ahora si es de elegir uno en particular ese tendría que ser el de 1994 por todas las circunstancias que lo definieron”.

 

 

“El equipo venía de una sequía de 15 años sin poder coronarse, terminamos esa mala racha en la primera final de los Eternos Rivales, muy intensa, muy vivida y ganada en siete partidos de alta tensión en los que además se pudo remontar siempre, en primera instancia salimos de Valencia con la serie en contra 0-2 y regresamos también abajo 2-3, con todo y eso fuimos los campeones”.

Beisbol, ¡que negocio tan complicado!

En una oportunidad, escuchamos decir al colombroño y colega de Juan José, Luis Ávila de Leones del Caracas, que la pelota profesional es un terreno nada fácil de manejar, de gerenciar, que poder ganar un torneo requería un enorme esfuerzo, además de tener a favor factores intangibles como la suerte por ejemplo.

 

 

Nuestro entrevistado coincide en esa apreciación; detalla que en su tiempo con los eléctricos una de esas complicaciones pasaban por la estructuración de la nómina de peloteros:

“En octubre tenías un róster, en noviembre otro, diciembre y enero también, es decir todo variaba desde la jornada 1 del torneo hasta el out final. Esa dinámica es del todo distinta a la de Grandes Ligas, donde cuentas con un róster que no varía tanto como sucede en la LVBP”.

 

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Esta realidad es conocida particularmente por ejecutivos de la pelota con experiencias en ligas del Caribe y del sistema MLB:

 

 

“Conversando en una oportunidad con Omar Minaya, este me confesó que tuvo más dificultades para ser gerente en la República Dominicana que en las Mayores con los Mets de Nueva York.

Los pros y los contras de gerenciar en la LVBP

Para Juan José Ávila uno de los puntos más complicados de manejar como responsable de los Navegantes obedece precisamente al peso del uniforme, al peso mediático que desde siempre generan los turcos:

“Los altos cargos en la pelota profesional venezolana son bastante complicados, ejemplo de ello es que con el Magallanes una racha de tres derrotas es una calamidad, en momentos como esos debes lidiar con la presión que emana tanto de los medios como de la afición.

Uno de los procesos que también resultan pocos sencillos, se refiere a la captación de talentos, a pesar del abrumador éxito de Ávila, con las firmas de hombres como Johan Santana, Endy Chávez, Luis Rivas, por mencionar algunos, él asume con humildad todo lo vivido:

“Es difícil cuantificar cuál firma fue más especial que otra, porque al final de cuentas todos ellos son especiales por el hecho de saltar al profesional; también es difícil porque hubieron quienes jugaron poco contigo pero lo hicieron muy bien en Grandes Ligas”.

 

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“Particularmente para mí no hay una firma específica de mi predilección, de lo que si estoy orgulloso es de todas esas excelentes captaciones de talentos que fueron resultado del trabajo grupal en toda la estructura de la organización; el de las firmas en particular por la gran relación de trabajo con los Astros de Houston”.

 

 

“Todo eso nos permitió tener por mucho tiempo una gran base de talento criollo, así la contratación de importados pasó a ser un complemento para el equipo en el terreno y no algo sustancial para poder ganar”.

La LVBP en tiempos de batazos a granel

Al menos durante el último lustro, no es un secreto que en la principal Liga Profesional del país la calidad de la generalidad de los lanzadores ha decaído, esto es algo que queda en evidencia al apreciar las estadísticas.

En este sentido, Ávila percibe una situación ambivalente, especialmente por los brazos que en los reciente años forman parte del staff azul:

“En el caso específico de Magallanes, y a diferencia de otros conjuntos, no se atraviesa por una crisis de pitcheo pues se cuenta con cuatro pitchers abridores de cartel para este circuito: Erick Leal, Yohánder Méndez, Féliz Doubront y Luis Martínez, además a nivel de relevo se cuenta con Bruce Rondón, Anthony Vizcaya y muchos más, todos venezolanos”.

 

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“Curiosamente, la contrariedad está en que antes el pitcheo de la Liga era más efectivo, pero los Navegantes en ocasiones no tuvieron tanta profundidad de material criollo motivado a las restricciones impuestas por los equipos de MLB; los lanzadores mencionados no han estado libres de limitaciones de peso”.

“Como vemos, es algo paradójico”.

Juan José Ávila, corazón magallanero

Una conversación de pelota tan nutritiva con el ingeniero Ávila no podía terminar de otro modo; como dijimos en las primeras letras, él es un hombre de pelota, y por eso le lanzamos esta recta a más de 95 millas ubicada en el punto ciego de la zona de strike:

¿Si llega la llamada, el ofrecimiento de Leones del Caracas para ser su gerente, su cerebro deportivo, la consideraría?

(Risas) es una pregunta muy difícil (risas); no creo que la consideraría, no creo, no creo…(risas)