2024 fue un año sensacional para Venezuela en las Grandes Ligas, principalmente para todos aquellos managers y coaches de nuestro país, que siguieron con orgullo y alegría la travesía de Carlos Mendoza con los Mets. En su primer año dirigiendo a los neoyorquinos, el criollo logró alcanzar la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, y se quedó a dos triunfos de ir a la Serie Mundial.
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Tan solo unos días después de que culminara la participación de los Mets en esta temporada, tenemos la linda casualidad de que se cumple un aniversario más de la que justamente se mantiene como la hazaña más grande hecha por un manager venezolano en las Grandes Ligas, protagonizada por el legendario Oswaldo Guillén.
Y es que un 26 de octubre, pero del ya lejano año 2005, "Ozzie" se convirtió en el primer manager latino en toda la historia de las Grandes Ligas en coronarse como campeón de las Grandes Ligas, al concretar una barrida formidable ante los Astros de Houston en cuatro juegos.
19 años de una hazaña inolvidable
Aquel 26 de octubre de 2005, los Medias Blancas de Chicago visitaban a los Astros de Houston en el Minute Maid Park de Houston, para buscar una última victoria que pusiera el 4-0 definitivo en la Serie Mundial.
El equipo de Oswaldo Guillén presentó a Freddy García en la lomita, acompañado de un lineup con Scott Podsednik, Tadahito Iguchi, Jermaine Dye, Paul Konerko, A.J. Pierzynski, Aaron Rowand, Joe Crede y Juan Uribe. En Houston lanzó Brandon Backe, y el lineup tenían a Craig Biggio, Willy Taveras, Lance Berkman, Morgan Ensberg, Mike Lamb, Jason Lane, Brad Ausmus y Adam Everett. Además, es importante recordar que aún los lanzadores bateaban en la Liga Nacional, por lo que tanto García como Backe tomaron turnos.
Fue un duelo de pitcheo. Freddy García lanzó por espacio de 7.0 entradas en las que ponchó a siete, permitió solo cuatro imparables y no recibió anotaciones. El juego se decantó en el octavo episodio, con un hit de Jermaine Dye para impulsar a Willie Harris. Esa fue la única carrera del juego, que finalizó 1-0.
De esta manera, los Medias Blancas de Chicago ganaron la tercera Serie Mundial de su historia y la primera desde 1917, para ponerle fin a la "Maldición de los Medias Negras". Todo bajo la tutela de Oswaldo Guillén.