La semana del 14 de abril, según datos de Umpire Auditor, los umpires de las Grandes Ligas cometieron 1.014 errores en decisiones de juego, lo que ha reavivado el debate sobre la necesidad de introducir tecnología para mejorar la precisión en el arbitraje.
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Este número, aunque alarmante, no es un fenómeno aislado. Un estudio de la Universidad de Boston reveló que en 2018 se registraron 34.294 errores en llamadas de bolas y strikes, lo que equivale a un promedio de 14 errores por juego o 1.6 por entrada.
El impacto de estos errores va más allá de las estadísticas, ya que pueden alterar el resultado de los partidos y afectar carreras de jugadores. Por ejemplo, en un juego de abril de 2024 entre Yankees y Cerveceros, los umpires no sancionaron una interferencia clara de Aaron Judge, lo que permitió a los neoyorquinos mantener una entrada ofensiva que resultó en siete carreras.
¿Umpire robots en la MLB?
La creciente presión para reducir estos errores ha llevado a la MLB a considerar el uso de tecnología avanzada. El sistema de "robo-umps", que utiliza inteligencia artificial para determinar bolas y strikes, se ha probado en ligas menores con resultados prometedores. Sin embargo, su implementación en las Grandes Ligas aún enfrenta resistencia por parte de quienes valoran el "elemento humano" del juego.
A medida que la tecnología continúa avanzando y los errores humanos persisten, la Gran Carpa se encuentra en una encrucijada: mantener la tradición o adaptarse a la precisión tecnológica. Lo que está claro es que la tolerancia a los errores arbitrales está disminuyendo y la demanda por un juego más justo y preciso es cada vez más fuerte.