REDACCIÓN MERIDIANO
Michael Jordan es uno de los más grandes en la historia de la NBA.
En su época, Jordan condujo a los Bulls a seis campeonatos de la NBA, acumulando cinco premios MVP, 11 equipos All-NBA y 14 apariciones en el All-Star. Promedió más de 30 puntos a lo largo de su carrera y fue incluido en el Salón de la Fama en 2009.
Después de ganar tres campeonatos consecutivos entre 1991 y 1993, Jordan decidió perseguir su sueño infantil de convertirse en jugador profesional de beisbol. Durante su paréntesis en el baloncesto, se hizo con los White Sox para que le ayudaran a hacer realidad su sueño.
Y aunque fue uno de los mejores jugadores de baloncesto de todos los tiempos, no siempre fue el líder de un equipo. Por ejemplo, Jordan tuvo que trabajar mucho durante su etapa de 1994-1995 en Ligas Menores con los White Sox, los Birmingham Barons.
Según el ex manager venezolano de los White Sox, Ozzie Guillen, Jordan también tuvo que pagar su cuota, independientemente de su cartel de estrella de la NBA.
Guillen, de 58 años, es analista de los White Sox para NBC Sports Chicago. Y no tiene miedo de ser honesto. "El autobús, por alguna razón, se quedó sin cerveza", dijo el ex jugador y manager de los Medias Blancas. "Tenemos que parar. Le dije a Mike Cameron, a Ray Durham y a Michael Jordan 'Vamos a parar allí'. Le dije al chico que se asegurara de parar en la gasolinera. Hice que esos chicos fueran allí, por las cervezas.
"Michael Jordan caminó con las cervezas hasta el autobús y me las tiró justo entre la cintura y la rodilla para decir 'Aquí está tu cerveza'".
La leyenda del baloncesto se vengó de ellos fumando un cigarro en el autobús, del que Guillen dijo que nadie tuvo el valor de comentar el olor que llenaba el autobús y manchaba su ropa. "Es un tipo novato", dijo Guillen. "Era una superestrella en la cancha de baloncesto. En los White Sox, era un capitán.
El campeón de Serie Mundial con los Medias Blancas, le hizo saber a Jordan que, independientemente de quién seas, incluso si eres una de las personas más famosas del planeta, tienes que ganarte el respeto de Ozzie Guillen. Una historia memorable para recordar entre dos leyendas del deporte de Chicago.