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MLB: Circunstancias que llevaron a la huelga de 1994 y 1995 (II)

Antes de los años 80 del siglo XIX, los jugadores del máximo nivel del beisbol (en esa época era la Liga Nacional), podían ofrecer sus servicios a diversos equipos al término de sus contratos, sin embargo, en esa década el grupo de propietarios instauró la Cláusula de Reserva, mecanismo que ataba de por vida a los peloteros.

Para poder recuperar el poder que conlleva el derecho a ser agente libre, diversos e infructuosos esfuerzos se realizaron por muchos años. Pero todo comenzó a cambiar de manera paulatina con la contratación de Marvin Miler como el principal representante sindical.

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Ahí quedó la narrativa de esta historia en su primera entrega. Esta es su continuación: 

 

Tan pronto como Miller asumió el cargo en 1966, renegoció el plan de pensiones de tal manera que no sólo aumentó su valor para los jugadores gracias a su señalamiento de que los propietarios habían retirado ilegalmente dinero del mismo en el pasado; además de que hicieron ridículas ofertas a la baja antes de ceder.

En 1968, Miller negoció el primer Convenio Colectivo de Trabajo, con el que los jugadores obtuvieron un aumento del 42% en el salario mínimo y procedimientos escritos para el arbitraje de las quejas de los peloteros ante el Comisionado. 

El siguiente Convenio Colectivo, en 1970, otorgó a los jugadores derechos de arbitraje de quejas aún mayores, estableciendo páneles neutrales de tres árbitros en lugar de audiencias ante el Comisionado. Esto demostraría ser extraordinariamente significativo en sólo unos pocos años.

Paralelamente, entre 1969 y 1972, Curt Flood se enfrentó a la Cláusula de Reserva, objetando su traspaso de los Cardenales de San Luis a los Filis de Filadelfia. Aunque finalmente perdió el caso, su desafío, aunado al apoyo de Miller, animó a otros jugadores a retar la Cláusula, lo que también sería extraordinariamente importante en unos pocos años.

Curt Flood y Marvin Miller | Foto: Cortesía

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A principios de la temporada de 1972, Miller lideró al Sindicato en una huelga de 12 días (la primera en la historia de las Grandes Ligas) sobre el pago de las pensiones y en un esfuerzo por obtener el arbitraje salarial. Los jugadores ganaron en ambos casos, ahora conocían el poder de la acción colectiva y serían menos reacios a utilizarla en el futuro.

En 1974, el lanzador estrella de los Atléticos de Oakland, Catfish Hunter, utilizó el procedimiento de arbitraje que Miller había obtenido para los jugadores para impugnar el incumplimiento del propietario de ese equipo Charlie Finley, respecto al pago de una anualidad que le correspondía por contrato. 

Hunter ganó y como Finley había incumplido el contrato, este se rompió y el sepentinero se convirtió en el primer agente libre estrella del beisbol en casi un siglo. Firmaría con los Yanquis de Nueva York por la entonces enorme cifra de cinco años y 3.5 millones de dólares, con una bonificación por firma de un millón de dólares. 

Si los jugadores dudaban del valor de la agencia libre, ahora lo sabían.

Ese mismo año, Miller convenció a los lanzadores (Andy Messersmith de los Dodgers y Dave McNally de los Orioles) para que cumplieran sus contratos y no firmaran otros nuevos, tras lo cual solicitaron un fallo arbitral que les declarara agentes libres. 

Andy Messersmith | Foto: Cortesía

En 1975 ganaron, con la Decisión Seitz que puso fin a la Cláusula de Reserva y dio paso a la era de la agencia libre. La servidumbre de los jugadores de beisbol había terminado.

Dave McNally | Foto: Cortesía

Para 1981 los propietarios trataron de recuperar las ganancias que los jugadores habían obtenido gracias a la agencia libre mediante una disposición del Convenio Colectivo en la que los equipos que contrataban a agentes libres debían pagar una compensación al antiguo club del jugador. 

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Los peloteros, que no estaban dispuestos a regresar lo que habían ganado, volvieron a declararse en huelga, misma que comenzó el 12 de junio de 1981 y el juego se reanudó el 9 de agosto de ese año. Los dueños de equipos no consiguieron su cláusula de indemnización.

Miller dimitió en 1982. En los 16 años que estuvo al frente del Sindicato, condujo a los jugadores a través de dos huelgas y tres cierres patronales (que no provocaron la cancelación de ningún partido), y los jugadores se impusieron en todos los aspectos importantes.  

Durante su mandato como Director Ejecutivo del gremio las pensiones se financiaron en su totalidad, se consiguió la agencia libre y el salario medio anual de los jugadores pasó de 19.000 dólares en 1966 a 326.000 dólares en 1982. No había habido una racha de éxito sin paliativos como la que supervisó Miller en esta historia del trabajo deportivo. Muchos, de hecho, han argumentado que Miller convirtió al cónclave de Jugadores en el sindicato más poderoso y exitoso de los Estados Unidos, sin excepción.

Ante unas pérdidas tan asombrosas, era sólo cuestión de tiempo que los propietarios se defendieran.

La Decisión Seitz y la agencia libre sin restricciones hicieron que los salarios se dispararan. Algunos dueños, como George Steinbrenner de los Yanquis y Ted Turner de los Bravos, aprovecharon al máximo la nueva situación y gastaron mucho dinero para atraer a los mejores agentes libres a sus equipos. 

Dave Winfield, uno de los primeros millonarios en la agencia libre moderna. Firmó con los Yanquis de Nueva York el 15 de diciembre de 1980 | Foto: Cortesía

Otros sacaron provecho o cambiaron a los jugadores antes de que llegaran a la agencia libre sin importar las consecuencias para el equipo. La mayoría de los propietarios lo veían como una amenaza mortal, aunque una amenaza que no tenían ni idea de cómo combatir. Entonces, en 1984, recibieron un consejo muy malo.

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Peter Ueberroth, recién llegado del triunfo de organizar los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, fue elegido comisionado en 1984. Poco después de su escogencia, celebró una reunión de propietarios en la que llamó a los 26 hombres de la sala "malditos tontos" por tratar de mejorar sus equipos a través de la agencia libre y les imploró que se centraran en el resultado final en lugar de ganar partidos. 

Más tarde, en una reunión de directores generales, Ueberroth dijo que "no era inteligente" firmar contratos a largo plazo. El mensaje fue claro y poco después, los clubes establecieron un sistema en el que acordaron secretamente limitar los contratos de agentes libres jugadores de posición a tres años y el de los lanzadores a dos.

Esta sería la génesis de uno de los episodios más controversiales en la historia de pujas entre propietarios y jugadores.

Continuará...

 

Fuente: nbcsports.com

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