Harold Capote Fernández
El pasado mes de septiembre la llegada Larry Walker al Salón de la Fama resultó algo controversial para algunas personas que siguen las incidencias del mejor beisbol del mundo. La misma reforzó el interés sobre el caso de otro pelotero que, a nuestro parecer reúne los argumentos para ser parte del templo de los inmortales; se trata de Gary Sheffield.
Su trayectoria del mismo modo tiene cosas en común con otro integrante de Cooperstown, Mike Piazza, estas van más allá del punto común de que ambos fueron la piezas fundamentales de un intercambio de jugadores realizado entre Dodgers de los Ángeles y Marlins de Florida en 1998.
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Al concluir Piazza su carrera, entre los reconocimientos que le enaltecen están los 10 Bates de Plata obtenidos, el premio Novato del Año de la Liga Nacional en 1993, así como 12 incursiones en el Juego de Estrellas, siendo el MVP de la edición de 1996 realizada.
Sheffield por su parte, dueño de unas portentosas muñecas que le permitían combinar una extraordinaria velocidad al momento de hacer swing, chocando la esférica con grandiosa potencia, también logró cinco Bates de Plata. También hizo suyo el título de bateo de la Liga Nacional en 1992 el reconocimiento como Jugador del Año de Sporting News en 1992, además de nueve convocatorias al choque de astros.
Igualmente, a su favor está el hecho de que arribó las Mayores más rápido que Piazza. Al debutar en Sheffield contaba con 19 años y 290 días de edad; Piazza lo hizo a los 23 años y 363 días.
Gary Sheffield: más argumentos
En la actualidad, muchos periodistas encargados de elegir a los inmortales de la MLB dan suma importancia a las estadísticas preponderantes de la era sabermétrica.
Al comparar los este tipo de números más los tradicionales de estos expeloteros, vemos muchas similitudes que refuerzan el argumento de que Sheffield igualmente debe ser entronizado.
Tengamos presente que el palmarés ofensivo es el argumento que sustenta la presencia en Cooperstown del antiguo receptor de Dodgers y Marlins, Mets, Padres y Atléticos.
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Ahora, escudriñemos en los números de Sheffield en comparativa a Piazza y veremos que los suyos fueron superiores en 10 apartados diferentes.
Piazza-Sheffield
Esto refleja que en lo más mínimo es descabellado aseverar que Gary Sheffield igualmente debe ser reconocido; en su contra está el hecho de que a lo largo de su carrera no cultivó las mejores relaciones con la prensa y ahora pareciese que eso está pesando en su candidatura.
Las comparaciones tanto en la vida, como en el béisbol, pueden resultar un arma de doble filo si no se tiene, si no se realizan con el adecuado tratamiento.
Ambos dejaron una admirable carrera. AP
Otras veces resultan necesarias para poder tener una dimensión, una perspectiva más amplia en análisis como este, que buscan extender el reconocimiento hacia algunos exjugadores que merecen la exaltación de sus trayectorias a la cúspide más difícil de alcanzar en el mundo de los Bates, Guantes y Pelotas.