El mundo del béisbol se viste de luto por la partida de una de sus figuras más emblemáticas: Davey Johnson. Johnson, un pilar fundamental en la historia de dos de las franquicias más icónicas de las Grandes Ligas, falleció recientemente, dejando un legado imborrable como jugador y mánager.
Trayectoria
Su carrera es un testimonio de su éxito en el campo. Como jugador, Johnson era conocido por su defensa de élite en la segunda base. Fue en 1966 cuando alcanzó la gloria con los Baltimore Orioles, formando una dupla inolvidable de doble play con el legendario campocorto venezolano Luis Aparicio. Esa temporada, los Orioles conquistaron su primera Serie Mundial, un hito en la historia de la franquicia y un momento de gran orgullo para ambos jugadores.
La sed de victoria de Johnson no se detuvo ahí. Cuatro años después, en 1970, volvió a levantar el trofeo de la Serie Mundial, nuevamente con los Orioles.
Pero su mayor logro aún estaba por llegar. En 1986, ya no como jugador, sino como mánager, lideró a los New York Mets a una de las victorias más memorables en la historia del béisbol, ganando la Serie Mundial en una épica batalla de siete juegos. Su liderazgo y visión estratégica transformaron a ese equipo en una fuerza imparable.
Davey Johnson no solo será recordado por sus logros, sino por la pasión y dedicación que mostró en cada etapa de su carrera. Su legado perdurará en la memoria de los fanáticos de los Orioles y los Mets, y en la historia del deporte que tanto amó.