Por segundo año consecutivo, el Thunder se dirige a Las Vegas para disputar las instancias finales del prestigioso torneo de mitad de temporada de la NBA, consolidando su posición como una potencia joven y altamente competitiva en la Conferencia Oeste.
La rivalidad y el momento
La magnitud de la victoria sobre los Suns no es casual y tiene un gran significado:
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La humillación a un contendiente: Los Phoenix Suns, a pesar de sus desafíos de consistencia, son considerados un equipo con aspiraciones al título. Humillar a un rival de división con una diferencia cercana a los 50 puntos envía un mensaje contundente al resto de la liga sobre la madurez y la profundidad del Thunder.
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Consolidación de la juventud: El Thunder, que sorprendió a muchos al alcanzar las semifinales el año pasado, ha demostrado que su éxito no fue un accidente. Liderado por su joven superestrella Shai Gilgeous-Alexander, el equipo está capitalizando la fase de la NBA Cup como una plataforma para demostrar que ya no es un equipo en ascenso, sino un contendiente legítimo.
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El factor viaje a Las Vegas: El hecho de volver a Las Vegas para las semifinales no solo ofrece un incentivo económico, sino que también establece una cultura ganadora en el equipo. Estos partidos de alto riesgo y eliminación directa simulan la presión de los playoffs, una experiencia invaluable.
Un despliegue ofensivo y defensivo completo
El marcador de 138 puntos es testimonio de la increíble eficiencia ofensiva del Thunder, que logró mover el balón y castigar a la defensa de Phoenix constantemente. Pero la clave del margen de victoria residió en la defensa, que limitó a los Suns a solo 89 puntos.
En un torneo donde cada partido cuenta y la diferencia de puntos puede ser crucial (aunque esta fase ya es de eliminación directa), el Thunder demostró que su combinación de velocidad, tiro exterior y defensa perimetral es una fórmula casi invencible.