Redacción Meridiano
Nikola Jokic es un excelente jugador de baloncesto, por algo ha ganado dos premios MVP de la NBA, sin embargo; hay un aspecto de su juego que suele resaltar con mayor énfasis y se trata de su lanzamiento de larga distancia.
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Este aspecto de Jokic le ha permitido brindar al equipo mayores beneficios tanto dentro como fuera del perímetro, ya que así el equipo no depende sólo de sus jugadores más pequeños sino también de su pívot quien causa daño en todas las áreas de la cancha.
Luego del último triple que le encestó a Anthony Davis en el juego 1 y que generó la impresión de todos los presentes en el Pepsi Center, la importancia del lanzamiento de Jokic comenzó a ser mayor, ya que el jugador parece tener varias cartas debajo de la manga para medirse ante cualquier defensa.
Jokic ya luce como un jugador imposible de defender, porque si no saca provecho en el poste bajo lo hace de la media o larga distancia, y sin duda eso ha sido un gran dolor de cabeza para los otros equipos que compiten en la NBA.
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Es muy raro cuando un jugador de la talla de Jokic suele tener un buen lanzamiento y ser catalogado como un lanzador al cuál hay que doble marcar para evitar que pueda anotar la mayor cantidad de puntos.
Ahora lo único que le queda a Jokic es seguir mostrando esa versión anotadora para así poder generarle más problemas a los Ángeles Lakers y derrotarlos para finalmente disputar su primera final de la NBA en la historia.