Cuando un niño es diagnosticado con resistencia a la insulina, los padres a menudo se preguntan qué alimentos son los más adecuados para su dieta diaria. Esta condición, aunque comúnmente asociada con adultos, también puede afectar a los más pequeños. Manejarla desde la infancia es crucial para prevenir problemas de salud en el futuro.
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¿Qué es la resistencia a la insulina?
La resistencia a la insulina se produce cuando las células del cuerpo no responden de manera efectiva a esta hormona, que es fundamental para permitir que la glucosa ingrese a las células y se convierta en energía. Cuando este proceso falla, los niveles de azúcar en la sangre aumentan, lo que lleva al páncreas a producir más insulina en un intento de compensar. Con el tiempo, este esfuerzo puede agotar la capacidad del páncreas.
La alimentación como pilar fundamental
Adriana Armas Reyes, licenciada en Nutrición Humana y especialista en diabetes tipo 2, destaca la importancia de una alimentación adecuada para mejorar la sensibilidad del cuerpo a la insulina. A continuación, se presentan recomendaciones sobre qué alimentos incluir y cuáles evitar en la dieta de los niños con resistencia a la insulina.
Alimentos recomendados
1. Verduras: Deben ser parte esencial de cada comida. Se recomienda que sean frescas, de temporada y variadas, ocupando aproximadamente la mitad del plato:
2. Frutas (con cáscara): Es preferible ofrecer frutas enteras en lugar de jugos. Pueden servirse como colación o al final del platillo principal.
3. Cereales integrales: Optar por avena, arroz integral, pastas integrales, amaranto, tortillas de maíz y pan integral.
4. Leguminosas: Frijoles, lentejas, habas y garbanzos son excelentes fuentes de proteína vegetal y fibra.
5. Alimentos con grasas saludables: Incluir pescados como salmón y atún, así como semillas (linaza, chía), nueces, aguacate y aceites vegetales como el de linaza o canola.
Alimentos a evitar o limitar
1. Azúcares simples y bebidas endulzadas: Refrescos, jugos industrializados o naturales, leches saborizadas y mermeladas deben ser limitados.
2. Harinas refinadas: Panes industriales, cereales de caja y galletas deben ser evitados.
3. Comida ultraprocesada: Embutidos, sopas instantáneas y comidas congeladas son poco recomendables.
4. Preparaciones grasosas: Limitar frituras, capeados y aderezos como mayonesa y salsas procesadas.
Además de cuidar la dieta, Armas Reyes enfatiza la importancia de complementar la alimentación con actividad física regular, un buen descanso nocturno y técnicas de manejo del estrés. Estos pequeños cambios pueden tener un impacto significativo en la salud metabólica de los niños.
Es fundamental que los padres consulten con un profesional de la salud antes de realizar cambios importantes en la dieta de sus hijos, especialmente si hay un diagnóstico médico involucrado.