Miles de perros están participando en dos ensayos clínicos innovadores en Estados Unidos, que buscan demostrar que es posible prolongar la vida de nuestras mascotas mediante fármacos diseñados para retrasar el envejecimiento. Estos estudios no solo tienen el potencial de mejorar la calidad de vida de los perros, sino que también podrían abrir nuevas vías para tratamientos en humanos.
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Uno de los ensayos, conocido como STAY, está liderado por la empresa biotecnológica Loyal. Este estudio se centra en administrar un compuesto secreto, denominado LOY-002, a 1.300 perros de pequeño tamaño y edad avanzada en más de 70 clínicas veterinarias. El segundo ensayo, TRIAD, forma parte del Dog Aging Project y evalúa el uso de rapamicina en perros de raza grande. Ambos ensayos comparten un objetivo común: prolongar la longevidad y mejorar la salud de los canes.
El ensayo STAY: LOY-002 en acción
El ensayo STAY se centra en perros mayores de diez años y con un peso inferior a seis kilos. Loyal ha recaudado más de 150 millones de dólares en inversión privada para llevar a cabo este estudio. La píldora LOY-002 busca replicar algunos beneficios de la restricción calórica, una intervención conocida por su eficacia en el retraso del envejecimiento en modelos animales. La FDA ha reconocido preliminarmente indicios de eficacia, aunque los resultados completos no estarán disponibles hasta 2026.
TRIAD: La promesa de la rapamicina
En paralelo, el ensayo TRIAD investiga si la rapamicina, un fármaco inmunosupresor, puede retrasar el envejecimiento en perros. Descubierta en los años setenta en la Isla de Pascua, la rapamicina actúa sobre la proteína mTOR, reguladora del metabolismo celular. Durante un año, más de 500 perros de entre siete y diez años recibirán semanalmente rapamicina o un placebo, con un seguimiento adicional de dos años.
Estudios previos con dosis bajas de rapamicina mostraron mejoras en la función cardíaca sin efectos adversos significativos. Con el apoyo financiero del Instituto Nacional del Envejecimiento de EEUU, los investigadores esperan confirmar si este fármaco también puede aumentar la longevidad en los perros participantes.
Implicaciones para el futuro
El impacto potencial de estos ensayos es significativo. Si la rapamicina logra aumentar la vida útil de un perro en un 15%, equivaldría a añadir un año y medio de buena salud. Un incremento del 30% significaría tres años adicionales, lo que podría traducirse en entre doce y veinticuatro años más de vida humana. Este avance podría revolucionar no solo el cuidado animal, sino también las estrategias para mejorar la longevidad en los humanos.
A medida que se desarrollan, podrían ofrecer no solo una nueva esperanza para nuestros amigos peludos, sino también valiosas lecciones sobre cómo alargar y mejorar la calidad de vida humana.