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El Chase Center de San Francisco, Estados Unidos, se convirtió el viernes 18 de julio en escenario de una escena de tensión cuando Katy Perry sufrió un fallo técnico en plena interpretación de su éxito “Roar”.
Suspendida sobre el público en una imponente mariposa mecánica, la cantante de 40 años fue sorprendida por un descenso abrupto de la plataforma, que se inclinó sin previo aviso, desatando el miedo tanto entre los asistentes como en ella misma.
Katy Perry casi cae al público
En el momento del incidente, la estructura sobre la que Perry flotaba falló y descendió abruptamente varios metros, provocando que la artista perdiera brevemente el equilibrio.
Visiblemente alarmada, interrumpió su canto, se aferró a la plataforma y mantuvo los arneses bajo control, mientras el público estallaba en gritos de sorpresa. En cuestión de segundos, logró recuperar la compostura, señaló al público que estaba bien y reanudó la presentación con la misma energía.
Su reacción
Horas después, la intérprete de “Dark Horse” recurrió a su Instagram para bromear sobre el suceso, compartiendo una imagen borrosa de su rostro asustado con la leyenda “Good Night San Fran”, una muestra de su característico sentido del humor.
Según fuentes cercanas, solo sufrió un pequeño golpe y permanece en perfectas condiciones, sin que se reportaran heridos. Este percance no es aislado en su gira: en junio ya había enfrentado otro susto similar en Australia.
En aquella presentación, una esfera elevadora se inclinó y la dejó colgada antes de estabilizarse, lo que demuestra que, el uso de ingenios aéreos ha tenido éxito al fusionar tecnología con fantasía escénica, pero estos fallos resaltan los riesgos latentes.
A pesar del sobresalto, la gira The Lifetimes Tour sigue adelante. Diseñada para promocionar su álbum 143 (2024), esta producción combina efectos futuristas, con Katy luchando simbólicamente contra una inteligencia artificial, con momentos íntimos, como cuando invitó a una niña mexicana al escenario.