Samuel Aldrey /@SamuelAldrey
Fred Perry fue el primer hombre en estrecharle la mano a Björn Borg antes de que el sueco de 22 años levantara su tercer Wimbledon consecutivo después de ganarle a Jimmy Connors. Perry resumió el partido con esta frase: “Todo fue hoy como Borg quiso. Incluso si se hubiera caído desde un rascacielos de Nueva York, habría volado hacia la azotea”.
Björn Borg en 1978 inscribió su nombre por tercera vez consecutiva en la lista de honor de campeones de Wimbledon al vencer en la final en el All England Club al norteamericano Jimmy Connors por el rotundo tanteo de 6-2, 6-2 y 6-3.
El rubio sueco desfiguró físicamente de la pista central de la catedral del tenis al jugador que durante los años 70’ fue considerado el mejor de todos. Sin embargo, en aquella tarde londinense se sintió impotente para parar la frialdad nórdica de los golpes helados que le envió Borg durante una hora y tres cuartos donde se pudo ver una avalancha de tenis de la mejor clase.
Jimmy Connors no se entregó en ningún momento pese a la clara superioridad de su rival y esto dio lugar a que el partido tuviera en algunos momentos una soberbia espectacularidad. Esta final, que era una repetición de la del año pasado, no tuvo nada que ver con aquélla. Entonces hubo mucha igualdad y el sueco necesitó de los cinco sets para alzarse con el triunfo.
Así Borg pasó del 0-2 al 6-2 en el primer set. La marcha del segundo set no fue muy diferente al primero, en el que Borg culminó el 6-2 sobre el servicio de Connors.
En el tercero se vieron momentos de juego de extraordinaria belleza. Connors intentó meterse de nuevo al partido, pero al ventisca noruega lo había dejado congelado en la grama.
Se produjo un 3-3, pero el ciclón Borg con un hermoso drive desde el fondo por la paralela se montó en el 4-3 y después se apuntó los otros dos juegos ganando el set de nuevo sobre servicio de Connors.
La fuerza, la potencia y la depurada técnica en cada uno de los golpes de Borg se impusieron netamente a la clase, el exquisito estilo, el orgullo y la genialidad de Jimmy Connors que sí cayó desde la ventana de un rascacielos neoyorkino.
Borg contó en Wimbledon cinco finales seguidas por victorias, ya que llegó a ellas por primera vez en 1976 donde venció al rumano llie Nastase, y en 1977 se impuso a Jimmy Connors y repitió en 1978, luego en el 1979 venció a al norteamericano Roscoe Tanner por 6-7, 6-1, 3-6, 6-3, 6-4 y en 1980 a otro norteamericano, John McEnroe por 1-6, 7-5, 6-3, 6-7, 8-6. El sueco dominó la hierba del All England Club durante un quinquenio.