Ferrari es de los equipos más importantes en la historia de la Fórmula 1. Lo que han desarrollado los italianos en 2025 es un desastre absoluto que sobrepasa lo deportivo y llega hasta lo institucional. Un año que debía preparar el terreno a 2026, se ha convertido en una guerra abierta.
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La Scuderia comenzó el campeonato de F1 con altas expectativas: Lewis Hamilton levantó la esperanza de la afición, pero el suflé comenzó a bajar de manera irreparable. Las actualizaciones del SF-25 no funcionaron y comenzó un quiebre total entre pilotos y sus ingenieros de pista.
Los italianos no logran levantar cabeza y resolver sus problemas, pasando a ser el 4to del campeonato. No son fiables, tienen mucho desgaste en carrera y el monoplaza no es competitivo a un vuelta; ningún piloto entiende el auto y los resultados son terribles carrera a carrera.
Ferrari vive una profunda crisis institucional
La muerte deportiva de Ferrari comenzó al inicio de los test de pretemporada con una falsa expectativa en el SF-25; pero gradualmente pasó a lo institucional, con un quiebre de relación entre la fábrica de Maranello y el equipo de pista. Algo marcado con la declaración de Leclerc.
Charles resaltó: "O estamos bien desde el inicio o pasaremos años lejos de la cabeza". Esto solo indica que saben que no serán competitivos en 2026. Lo que es un duro golpe para todos y acentúa lo mal que se ha trabajado durante el año con reglamento de la próxima temporada.
La frustración de los pilotos refleja el colapso institucional del equipo. No hay relación con la fábrica, peleas pilotos-ingenieros y Frédéric Vasseur en el medio, sin soluciones para consolidar el proyecto deportivo. Todo se desmorona en el equipo más importante de la Fórmula 1.
¿Qué le espera a Ferrari en 2026?
La palabra clave para Ferrari en 2026 es compromiso. No serán competitivos frente a McLaren, Mercedes y Red Bull, pero deben asumirlo y trabajar desde ahí. Reconocer el lugar que ocupan, desarrollar paquetes funcionales y reconstruir el monoplaza con visión a largo plazo.
McLaren vivió un proceso similar: dos años de sufrimiento y luego dos de competitividad real. Ferrari debe seguir ese camino sin urgencias, pero si con mucho compromiso. Con identidad, estructura, diagnóstico y trabajo, volverán a ser lo que una vez llegaron a ser.