El radar de la Vinotinto debe estar ya posado sobre un joven talento que emerge desde el fútbol portugués. Se trata de Juan Diego da Silva, un defensor central de apenas 15 años, cuyo deseo de vestir los colores de Venezuela ha encendido las alarmas y la ilusión de los aficionados.
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Nacido en Portugal y actualmente destacando en las categorías inferiores del C.S. Marítimo, representa un proyecto de jugador con un potencial inmenso y una conexión inquebrantable con la tierra de su padre.
"Venezuela siempre está presente… Me encantaría representar a la Vinotinto", fueron las palabras del joven zaguero al comunicador Luis Omar Torrealba, que resuenan como un llamado a la Federación Venezolana (FVF) para seguir de cerca su evolución.
Perfil prometedor para la defensa criolla
Con 1,90 metros de estatura a sus 15 años, Juan Diego da Silva impone una presencia física notable en el campo. Su desarrollo, aún en una etapa temprana, ya muestra las características de un zaguero moderno y completo.
Pero no es solo su físico lo que llama la atención. De acuerdo a varios reportes, también exhibe un liderazgo innato, organizando la defensa y comunicándose constantemente con sus compañeros.
A esto se suma una inteligencia de juego superior al promedio: su lectura de las acciones del rival y su capacidad de anticipación le permiten cortar balones y desbaratar ataques antes de que se gesten. Además, en la era del fútbol donde la salida limpia desde atrás es fundamental, Juan Diego da Silva tampoco decepciona.
La Vinotinto no debe dormirse
Esta declaración de intenciones es una oportunidad de oro que la FVF no debería desaprovechar. Proyectos de este calibre, que aún están en pleno proceso de formación, son los que forjan las bases de selecciones exitosas a futuro.
Si bien su carrera apenas comienza y aún tiene un largo camino por recorrer para convertirse en un jugador top, su perfil técnico, físico y mental lo posicionan como un candidato ideal para futuras selecciones juveniles de la Vinotinto.
La posibilidad de integrar a un defensor central de sus características en las inferiores de la selección nacional es un activo invaluable, que podría rendir frutos en torneos venideros como los Sudamericanos Sub-17 y Sub-20, e incluso en la Absoluta en el largo plazo.