Desde su anuncio, la elección de Estados Unidos como sede del Mundial de Clubes 2025 ha generado una fuerte controversia en el mundo del fútbol. La decisión, que busca aprovechar el gran interés y la infraestructura del país norteamericano, ha sido cuestionada por varias razones, especialmente por las quejas surgidas a raíz de las leyes migratorias, la carga de partidos para los futbolistas y el clima político actual.
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Situación complicada en tierras norteamericanas
Uno de los factores que hacen dudar sobre la elección de Estados Unidos como sede del torneo es la situación política y las políticas migratorias, como las redadas de ICE ordenadas por Donald Trump, generan incertidumbre entre jugadores, técnicos y aficionados.
La reciente declaración del vicepresidente JD Vance, en la que afirmó que los turistas y visitantes “tendrán que irse a casa cuando termine el torneo”, aumenta las dudas sobre la situación para quienes desean asistir y participar en el evento.
A esto se le suma la disminución en el interés y las ventas de boletos, que han visto reducir sus precios de manera significativa, reflejando la falta de entusiasmo de los fanáticos.
Calendarios cargados para los futbolistas
Por otra parte, la carga de partidos para los futbolistas también ha sido uno de los temas más polémicos. Enzo Maresca, entrenador del Chelsea, afirmó que “los jugadores no son máquinas”, y criticó duramente el calendario congestionado que obliga a los futbolistas a disputar una cantidad excesiva de partidos en muy poco tiempo, poniendo en riesgo su salud física y mental.
La organización de la FIFA, centrada en captar un enorme premio de 1.000 millones de dólares, no ofrece descanso suficiente a los atletas, lo que ha generado rechazo entre técnicos y sindicatos como FIFPRO.
Este último alertó sobre el incremento de lesiones y agotamiento en los jugadores de las principales ligas europeas, evidenciando que el torneo podría afectar negativamente el rendimiento y la integridad física de los futbolistas.
Expertos opinan sobre el tema
Uno de los principales argumentos en contra de la elección son las preocupaciones relacionadas con las políticas migratorias de Estados Unidos. En declaraciones recientes en el podcast Tercer Grado Deportivo, periodistas como David Faitelson y Alejandro de la Rosa enfatizaron que el ambiente en Estados Unidos no es propicio para realizar eventos deportivos internacionales, incluyendo el Mundial de Clubes.
Faitelson señaló que “todo lo contrario a lo que debería ser un ambiente propicio, pues estamos en un entorno muy complejo en cuanto a temas migratorios y de seguridad”.
"Con el Mundial en Estados Unidos, la FIFA pensaba que llegaba al puerto tranquilo; la realidad es que todo lo contrario: llegamos bajo condiciones muy complejas". Comentaba Alberto Lati en Tercer Grado Deportivo.
Por su parte, Alejandro de la Rosa asegura que "El grueso del aficionado que hoy impulsa, apoya y hace el futbol en Estados Unidos sigue siendo y va a ser latino".
Las declaraciones en Tercer Grado Deportivo reflejan un consenso: la incorporación de Estados Unidos como sede en un contexto político y social tan complicado puede ser un error estratégico. Además, la percepción general es que, pese a los argumentos económicos y políticos de la FIFA, el interés y apoyo de la afición latinoamericana en Estados Unidos está en declive, lo que podría afectar la organización y el éxito de este evento.