El inicio de la temporada de LaLiga ha encendido las alarmas médicas por la recurrencia de la pubalgia, una dolorosa afección de la ingle y el pubis que está afectando notablemente a las jóvenes figuras.
Jugadores clave como Nico Williams, Lamine Yamal y, recientemente, Franco Mastantuono, han sido diagnosticados con este síndrome, que se produce por un desequilibrio de fuerzas entre los potentes músculos aductores del muslo y la musculatura abdominal (core).
Causas principales en jugadores jóvenes
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Sobrecarga competitiva: El alto volumen de partidos de élite, sumado a la explosividad (arranques, frenadas y cambios de dirección) que caracteriza su juego, genera una tensión excesiva en la zona pélvica.
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Desequilibrio muscular: La gran potencia en las piernas (por el golpeo) no siempre está compensada por un "core" lo suficientemente fuerte y estabilizador, creando una vulnerabilidad biomecánica.
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Desarrollo físico: En plena etapa de crecimiento, la adaptación de tendones y músculos no siempre sigue el ritmo del desarrollo óseo, haciéndolos más propensos a la sobrecarga.
 
Reto del tratamiento
La pubalgia requiere un manejo conservador y, sobre todo, una estricta gestión de la carga de entrenamiento y minutos. Los clubes deben priorizar la salud a largo plazo de estas promesas para evitar que la lesión empeore y ponga en riesgo su proyección.
Jugar con dolor o infiltrado, como han hecho históricamente grandes figuras (incluso Lionel Messi la sufrió en sus inicios), puede alargar el problema o llevarlo a un punto crónico que requiere una cirugía más compleja y un largo parón.
Por ello, es fundamental que la ambición por tener a estas joyas en el campo no prevalezca sobre la necesidad de establecer programas de prevención individualizados.
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