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Xabi Alonso asumió oficialmente como entrenador del Real Madrid el pasado lunes, tomando el relevo de Carlo Ancelotti con una hoja de ruta clara y ambiciosa. Desde el primer momento, sus palabras se juntaron para dar un mensaje contundente: "Voy a poner todo de mi parte para que las cosas salgan bien y levantemos títulos".
Esta declaración refleja no solo su compromiso personal, sino también la presión que supone dirigir a uno de los clubes más grandes del mundo y la expectativa de la directiva y la afición por ver triunfos en el corto y largo plazo.
El primer gran desafío para Alonso será el Mundial de Clubes, un torneo marcado con un asterisco en la agenda madridista por razones económicas, mediáticas y deportivas. Para el nuevo entrenador, este evento representa la primera prueba real de su proyecto, un momento clave para mostrar el estilo y la identidad que quiere imponer en el equipo.
Desde su incorporación, Xabi ha comenzado a tomar decisiones y a establecer contacto directo con sus jugadores. A partir de este lunes, el cuerpo técnico podrá trabajar con los jugadores no convocados por sus selecciones y los lesionados, quienes serán clave en la primera etapa de esta nueva etapa.
En este arranque, Alonso podrá contar con futbolistas como Federico Valverde, Lucas Vázquez, Fran García, Rodrygo, Raúl Asensio, Dani Ceballos, y próximamente Carvajal y Militao, aunque con cautela para evitar recaídas. También mantendrá conversaciones con los lesionados Rüdiger, Camavinga, Alaba y Mendy, aunque este último no se espera hasta finales de agosto. El resto del plantel se irá incorporando gradualmente, preparándose para el viaje a Estados Unidos donde disputarán el Mundial de Clubes a partir del 14 de junio.
Entre los partidos del torneo, Alonso tendrá la oportunidad de plasmar sus ideas en el campo, aprovechando este período para avanzar en la construcción del equipo. Él mismo ha señalado que ve este momento como una oportunidad doble: para acelerar el proceso de adaptación y conocimiento mutuo dentro del equipo, y para pelear por un título que será el primero en esta nueva etapa.