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La final de la Supercopa de España entre Barcelona y Real Madrid, a disputarse en Arabia Saudita, adquiere un matiz adicional con la designación de Jesús Gil Manzano como árbitro principal. Para los culés, la presencia del colegiado se erige como un obstáculo a superar, según reflejan las estadísticas y los precedentes, tal como lo recuerda el portal web Sport.
Los números no mienten. El Real Madrid ha cosechado mejores resultados bajo el arbitraje de Gil Manzano en comparación con el Barcelona. Los blancos han ganado un 78% de los partidos dirigidos por el árbitro, mientras que los blaugranas se quedan en un 63%. Además, la diferencia en cuanto a tarjetas rojas y amarillas es notablemente favorable para el conjunto merengue.
La historia reciente de los clásicos también arroja sombras sobre la imparcialidad de Gil Manzano en los encuentros entre ambos equipos. En el último enfrentamiento en Montjuic, el colegiado no señaló un claro penalti sobre Araujo, una decisión que generó polémica. En otros clásicos, también se han producido situaciones controvertidas que han perjudicado al Barcelona.
La afición culé y parte de la prensa especializada ven en Gil Manzano una figura que favorece al Real Madrid. Las estadísticas, los precedentes y algunas decisiones polémicas alimentan estas sospechas. Sin embargo, es importante recordar que el arbitraje es una tarea compleja y que los errores forman parte del juego.
La designación de Gil Manzano para la final de la Supercopa reaviva el debate sobre la influencia del arbitraje en los resultados deportivos y pone de manifiesto la necesidad de una mayor transparencia y objetividad en la toma de decisiones.