Jonathan Montenegro sigue exponiendo en redes sociales mensajes por no haber estado presente en la celebración de quince años de su hija Sophia, fruto de la relación que sostuvo con la actriz Patricia Schwarzgruber.
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El artista escribió en Instagram un mensaje dirigido a Daniela Alvarado, luego de que esta recibiera muchos comentarios de ataque por haber realizada un video a Sophia por su vuelta al sol. Internautas aseguraron que la criolla estaba lanzando una indirecta para Jonathan.
Mensaje de Jonathan
Montenegro que protagonizó con Alvarado la exitosa novela de Venevisión “Voltea pa' que te enamores”, ha escrito en la primera publicación que Daniela ha estado desde el día uno en el difícil proceso que lleva con Patricia, en especial en el año 2011 cuando no lo invitaron al bautizo de la Sophia, y ella tuvo que intervenir.
Igualmente, el actor ha recordado un momento de consejo y acción que le dio la hija de Carmen Julia Álvarez, para poder estar con su pequeña en sus primeros años de vida.
“Enumeraste paso a paso cómo manejar la situación con Patricia, cómo suavizar el conflicto, cómo rescatar mi vínculo con Sophia. No fue un gesto cualquiera. Fue un acto heroico, discreto, pero poderoso”, ha mencionado en redes.
El criollo que vive en Estados Unidos, asegura que cuando Patricia se enteró de las ayudas de Daniela, hizo algo para voltearla en su contra, ya que según necesitaba aliados.
Ruptura de ambos
El nacido el 11 de mayo de 1978, también ha comentado que el conflicto con Danielita comenzó hace algunos años, cuando alguien le informó que él según hablaba a sus espaldas en los camerinos y con sus parejas.
El artista asegura que le dolió que su antigua compañera y amiga, no lo llamara para comunicarle de la situación: “No me dolió que lo creyeras. Me dolió que no me llamaras, que no buscaras una conversación directa, que no me dieras el beneficio de la duda”.
Jonathan, ha mencionado que la artista de 43 años no tiene que recibir odio, críticas, ni desprecio en redes por un conflicto que no le pertenece.
“Escribo para defender a la amiga que un día me enseñó que un simple gesto, como una servilleta, podía convertirse en un poderoso puente. Un puente que, tristemente, se rompió con demasiada facilidad”, finaliza.