Esta semana, con la entrada de Dom Hamel al montículo en un juego contra los Padres de San Diego, el equipo neoyorquino utilizó a su lanzador número 46, una cifra sin precedentes en la historia de las Grandes Ligas. Lejos de ser un logro, esta estadística es un reflejo de la inestabilidad y el caos que han definido el cuerpo de pitcheo de la franquicia en 2025.
Un récord que cuenta una historia de caos
El hito de los Mets supera las marcas anteriores. El récord previo lo ostentaban los Miami Marlins de 2024, con 45 lanzadores en una temporada, seguidos por los Seattle Mariners de 2019, que utilizaron a 42. La cifra de los Mets no solo supera estos números, sino que también excede el promedio de equipos en la temporada 2025, que es de apenas 29 lanzadores.
Mientras que los Bravos de Atlanta se ubican en un distante segundo lugar con 44 lanzadores usados, la situación de los Mets es un caso de estudio. La rotación de pitcheo de Nueva York ha sido una puerta giratoria, con un incesante desfile de brazos provenientes de las ligas menores y la agencia libre, una clara señal de que el plan inicial no funcionó.
El contexto de las lesiones y el rendimiento inconsistente
La razón detrás de este récord es una combinación de factores, pero el más determinante ha sido el rosario de lesiones que ha afectado a los lanzadores clave del equipo. Pitchers de alto calibre como Kodai Senga y Tylor Megill pasaron períodos significativos en la lista de lesionados, lo que obligó al equipo a buscar desesperadamente reemplazos para llenar los huecos en la rotación y el bullpen.
Además, el rendimiento ha sido errático. El equipo ha tenido que recurrir a múltiples novatos y veteranos de bajo perfil, cuyas estadísticas colectivas reflejan la inestabilidad. Mientras la efectividad colectiva de los lanzadores de los Mets se ubica entre las peores de la liga, su incapacidad para cerrar los juegos ha sido un problema crónico. La situación contrasta de manera dramática con los St. Louis Cardinals, el equipo que menos lanzadores ha utilizado este año (24), lo que subraya la importancia de la salud y la consistencia en el cuerpo de pitcheo para una franquicia.
El récord de 46 lanzadores no es solo un dato estadístico; es una crónica de una temporada de lucha constante por encontrar estabilidad en el montículo. Para los aficionados de los Mets, es una estadística que resume a la perfección el porqué las expectativas iniciales de 2025 se han desvanecido en medio de una tormenta de lesiones y un rendimiento impredecible.