Redacción Meridiano
Estados Unidos alcanzó su segunda final en el Clásico Mundial de Beisbol de forma consecutiva tras conseguirlo también en el año 2017 y posteriormente quedarse con el título, en esta edición su rival será la siempre complicada Japón y lo cierto es que los norteamericanos todavía no han enfrentado a un rival similar en lo que va de certamen.
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Los actuales campeones, quienes partían como uno de Los favoritos para quedarse con el título junto a República Dominicana, llegarán a la final tras dar dos exhibiciones consecutivas de poder: primero frente a Venezuela en los cuartos de final y luego contra Cuba en la semifinal.
El conjunto que actuará como local en la final de Miami no tuvo el mejor arranque posible y en algún punto de la fase de grupos su clasificación no estuvo asegurada, no obstante, a partir de los cuartos de final ha mostrado un implacable nivel sobre todo con el madero, para dejar claro que son una temible selección sin importar el rival.
Fortalezas
Entre las fortalezas del conjunto de las barras y las estrellas se encuentra, sin duda, su gran momento ofensivo; El equipo dirigido por Mark DeRosa aparenta estar más engranado que nunca y el gran conjunto de figuras tienen como único objetivo repetir el título. 23 carreras anotadas y 29 imparables son los números ofensivos del equipo en los últimos dos choques contra Venezuela y Cuba.
Las muestras de compromiso e implicación mostrada por la gran mayoría de las estrellas que componen el equipo de los Estados Unidos es también una de las grandes fortalezas; USA presenta una de sus mejores nóminas jamás vistas en un certamen y además estrellas de la talla de Mike Trout o Mookie Betts han manifestado públicamente que esta es una de las mejores experiencias de sus carreras.
Debilidades
El picheo abridor del combinado norteamericano ha sido uno de los grandes lunares de Estados Unidos durante el torneo, muy pocos han sido los lanzadores iniciales que han salido ilesos el los partidos más exigentes.
Las habilidades de Mark DeRosa para hacer los cambios en los momentos complicados también ha dejado mucho que desear y eso contra una selección como la de Japón, contra la que no puedes titubear, puede salir muy caro.