NOTAS RELACIONADAS
En la temporada regular de 1985, el beisbol fue testigo de una hazaña histórica que, con el paso de los años, sigue siendo inalcanzada: Wade Boggs, en su mejor año como pelotero, llegó a base en 152 juegos diferentes, un récord que, hasta la fecha, permanece imbatible.
Boggs, quien jugaba para los Boston Red Sox en ese entonces, no solo era reconocido por su excepcional habilidad con el bate, sino también por su disciplina en el cajón de los bateadores.
Durante esa temporada, logró una increíble capacidad para alcanzar base, ya sea por hit, base por bolas o golpeado por lanzamiento, lo que demuestra su enfoque constante en mantener la ofensiva del equipo.
Con un AVG de .368, Boggs no solo lideró la Gran Carpa en promedio de bateo, sino que su asombroso récord de 152 juegos en los que llegó a base se mantiene como una marca histórica que ningún otro jugador ha podido superar.
El hecho de que un solo jugador haya logrado tal consistencia a lo largo de una temporada completa es un testamento a la perseverancia de un atleta de élite.
A lo largo de la historia de la MLB, pocos logros pueden compararse con la magnitud de este récord. Cada vez que un jugador pisa el diamante, siempre existe la esperanza de superar récords. Sin embargo, lo que Wade Boggs alcanzó en 1985 sigue siendo una de las proezas más sobresalientes en la historia de las Grandes Ligas.
Hoy, más de tres décadas después, su récord sigue vigente, y la pregunta persiste: ¿Quién será el próximo en acercarse a una marca tan increíble? Por ahora, la respuesta no existe, pero si hay un jugador capaz de llegar a las almohadillas de manera constante es el venezolano Luis Arráez, gracias a su contacto.