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En la historia de las Grandes Ligas, las victorias y los récords son celebrados con fervor, pero también existen capítulos oscuros marcados por rachas de derrotas que ponen a prueba la resiliencia de los equipos y sus aficionados. A lo largo de los años, varios equipos han sufrido caídas estrepitosas, enfrentando largas secuencias de partidos perdidos que han quedado grabadas en el recuerdo.
Una de las rachas más infames pertenece a los Filis de Filadelfia de 1961, quienes encadenaron 23 derrotas consecutivas. Esta marca histórica sigue siendo un hito negativo en la MLB, un testimonio del sufrimiento que puede experimentar un conjunto durante una campaña.
Los Orioles de Baltimore, en 1988, se acercaron a este registro con 21 derrotas ininterrumpidas, demostrando que ni siquiera las franquicias más establecidas están a salvo de estas crisis.
En la actualidad, los Medias Blancas de Chicago han experimentado una racha de 21 derrotas consecutivas en la temporada 2024, una marca que los coloca entre los equipos con las peores rachas de la historia. Esta sequía de victorias ha generado un gran descontento entre los aficionados y ha puesto en entredicho el proyecto deportivo de la franquicia.
Los Expos de Montreal de 1969 y los Atléticos de Filadelfia en 1943 y 1916, así como los Boston Americans de 1906, también sufrieron rachas de 20 caídas, demostrando que estas crisis son un fenómeno recurrente en el beisbol.
Estas rachas de derrotas no solo tienen un impacto deportivo, sino también psicológico y emocional. Los jugadores experimentan una presión constante, la confianza se esfuma y el ambiente en el equipo se vuelve cada vez más tenso. Además, los aficionados sufren con cada derrota, cuestionando las decisiones de la gerencia y la capacidad de los jugadores.