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En el vasto universo del beisbol, donde los números se entrelazan para contar historias de grandeza y hazañas, existen marcas que trascienden generaciones y se convierten en hitos inolvidables.
Una de estas marcas, tan exclusiva como el diamante en bruto, es la de haber registrado temporadas de dos dígitos con una efectividad inferior a 2.00. Este logro, tan exigente como elocuente, ha sido alcanzado por tan solo dos lanzadores en la rica historia de las Grandes Ligas: Mariano Rivera y Walter Johnson.
Mariano Rivera, el legendario cerrador de los Yankees de Nueva York, es sinónimo de excelencia y dominio. Su recta cortada, un arma letal que dejó a innumerables bateadores perplejos, fue la clave de su éxito.
Por su parte, Walter Johnson, conocido como el "Expreso de Galena", fue una fuerza dominante en la primera mitad del siglo XX. Con una recta demoledora que superaba las 100 millas por hora, Johnson intimidó a bateadores durante más de una década. En 1913, registró una efectividad de 1.14, una marca que aún hoy en día asombra a los aficionados. Su dominio sobre el montículo lo llevó a ser considerado uno de los mejores lanzadores de la historia.
¿Qué hace que este logro sea tan especial? En primer lugar, una efectividad inferior a 2.00 implica una excelencia casi perfecta. Significa que, en promedio, estos lanzadores permitieron menos de dos carreras limpias por cada nueve entradas lanzadas.
En un deporte donde los márgenes son tan estrechos, esta hazaña es un testimonio del dominio absoluto sobre el juego. Además, el hecho de haber logrado esto en temporadas de dos dígitos, es decir, con un gran volumen de trabajo, subraya aún más la magnitud de su talento.
Rivera y Johnson, cada uno en su época, representaron la cúspide del pitcheo. Sus nombres quedarán grabados para siempre en la historia del beisbol, como un recordatorio de que la perfección, aunque difícil de alcanzar, es posible.