Una de las páginas más polémicas en la historia del beisbol se produjo un 2 de junio, pero del año 2010, durante un duelo entre los Tigres de Detroit y los entonces llamados Indios de Cleveland en el Comerica Park, casa de los felinos. La polémica tuvo dos protagonistas: el lanzador venezolano Armando Galarraga, y el umpire de primera base de aquel día, el norteamericano Jim Joyce.
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Este compromiso era el cuarto de la temporada para el lanzador diestro venezolano, que de momento no estaba teniendo precisamente los mejores números posibles. En sus primeras tres presentaciones de 2010, dejó efectividad de 4.50, con 12 imparables y seis carreras limpias permitidas en un lapso de 12 entradas.
Sin embargo, Armando Galarraga asumió la responsabilidad de abrir el juego ante Cleveland el 2 de junio de 2010, y su actuación de aquel día siempre será recordada en la historia del beisbol de las Grandes Ligas por haber sido casi perfecta.
El juego (im)perfecto de Armando Galarraga
Lo que parecía ser una salida más, terminó siendo un sueño, y posteriormente una pesadilla para Armando Galarraga. El criollo subió a la lomita del Comerica Park para medirse a los Indios de Cleveland, e inició con el pie derecho, retirando el primer inning por la vía rápida y con tan solo nueve pitcheos.
El segundo y el tercer episodio fueron retirados también por la vía rápida y con 10 lanzamientos realizados en cada inning, mientras que en el cuarto, que fue de 11 pitcheos, cayó el primer ponche del juego de pelota para el diestro.
Pasó el quinto inning, y todavía nadie se le había embasado a Armando Galarraga. La tónica siguió en el sexto y el séptimo episodio, innings que retiró con ocho y seis pitcheos respectivamente. El octavo se fue por la vía rápida también, por lo que el venezolano estaba a tres outs de la hazaña.
El primer pitcheo del último episodio fue un batazo complicado que logró capturar Austin Jackson en el jardín central. Luego, un rolling al campocorto puso el segundo out. Armando Galarraga estaba a solo un out de lanzar juego perfecto, hasta que llegó la jugada de la discordia.
Jason Donald, noveno bate de los Indios de Cleveland, bateó un rodado entre primera y segunda base. De gran manera, Miguel Cabrera fildeó la pelota con el guante de revés y lanzó rápidamente a primera, en donde el propio Galarraga pisó la base. Claramente, el lanzador criollo pisó primero que Donald, pero en un giro increíble de los hechos, el umpire Jim Joyce cantó quieto.
El desconcierto era tremendo. Como esto fue en 2010, no había repetición, la decisión de Joyce era definitiva y no tenía vuelta atrás. Jason Donald, quien conectó el infield hit, se llevó las manos a la cabeza. Ni él podía creer lo que estaba sucediendo.
Miguel Cabrera, compatriota de Galarraga y espectador en primera fila de la jugada, no paró de pelear con el umpire hasta que se acabó el juego. Por su parte, Armando Galarraga solo esbozó una sonrisa que decía más que mil palabras. El serpentinero subió sin rechistar a la lomita, y retiró al siguiente bateador, para lograr juego completo.
Lo que vino después
Por supuesto, el umpire Jim Joyce vio la jugada inmediatamente después de que el juego terminara, y su reacción fue totalmente humana. "Le acabo de dañar un juego perfecto al muchacho. Pensé que el corredor venció el tiro. Estaba convencido de que venció el tiro hasta que vi la repetición. Fue la jugada más importante de mi carrera", comentó.
Armando Galarraga habló con Joyce esa misma noche, y desde entonces se ha solidarizado siempre con el juez. "Tuvimos una conversación. Lloró. Por primera vez me puse en sus zapatos. Mi parte de la historia fue la parte blanca, pero Joyce tuvo que cargar con la parte negra", expresó.
La jugada cambió la historia del beisbol, ya que cuatro años después se aprobó un sistema de repetición en el que los managers pueden pedir que se revisen al menos dos jugadas por encuentro. Por ello, a pesar de lo que ocurrió aquel día, el venezolano se considera afortunado.
"Tuve suerte de tener mala suerte ¿Por qué? porque me hice más famoso por eso. Aprendí mucho. No soy un muchacho que duró 10 años en Grandes Ligas, que ganó el premio Cy Young, por eso me enfoco en el momento estelar de mi carrera, lo que me deja mejor sabor: Yo aporté un poco para que el béisbol evolucionara", dijo Armando Galarraga a ESPN.
