Un viejo axioma del beisbol señala que quien batea juega, aunque en la pelota moderna no es una realidad absoluta (tomemos como referencia la carrera del cátcher Martín Maldonado), en el caso de Orlando Arcia ha sido del todo aplicable en lo que va de temporada de Grandes Ligas.
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Para el nativo de Anaco pero beisbolísticamente formado en Cantaura, las dificultades ofensivas vienen desde el año pasado, cuando finalizó con su más bajo promedio de bateo desde que logró establecerse como jugador titular, durante su etapa con Cerveceros de Milwaukee y ahora Bravos de Atlanta.
En el calendario precedente solo ligó .218, además de mostrarse deficiente en otros ítems como porcentaje de embasado, .271, slugging, .354, y OPS de .625. Todo en 157 partidos como parador en corto diario de los tomahawks.
Pero lamentablemente, para el primer mes de este certamen esas complicaciones se afianzaron, y llegada la jornada de este 7 de mayo sus cifras en esos mismos renglones son pálidas de modo notorio: .200/.226/.233/.459 en 11 de los 35 partidos de su elenco.
Ahí es donde viene el punto focal del asunto, lo inevitable cuando por el motivo que sea no se logra una reanimación consecuente de esos guarismos; el resultado ha sido la pérdida de la titularidad con los aborígenes.
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Para el hermano menor de Oswaldo se trata de una situación amarga, apenas este martes regresó al campo de juego luego de una pausa de 12 compromisos, 13 días y de paso, solamente estuvo a la defensiva en el duelo contra Rojos de Cincinnati.
Por los momentos él tampoco ha podido ofrecer argumentos, si tomamos en cuenta que apenas ha ligado 6 imparables, 1 doble, solo tiene 1 anotada, 1 empujada, 1 base por bolas y 8 ponches.
Probablemente es la etapa más difícil de Orlando Jesús en las Mayores, en toda su carrera profesional y, las circunstancias que le atañen son propicias para en el mejor de los casos, obligar a un regreso a Ligas Menores o recibir la carta de libertad y esperar se presente alguna nueva oferta que le permita mantenerse en el Big Show.
Desde el alto mando de los Bravos se percibe paciencia con el criollo, tal vez porque sí mantiene un óptimo nivel defensivo, sería prudente para ellos ver cómo más se desenvuelve Nick Allen, quien se quedó como shortstop del equipo.
A favor de Arcia se puede decir que si no lo ponen a jugar, tampoco le generan posibilidades de reactivar su producción con el bate.