Un día como hoy, hace 31 años, el legendario David Robinson logró una de las hazañas más impresionantes en la historia del baloncesto: registrar un cuádruple-doble durante un partido de la NBA. Este logro lo coloca en un grupo exclusivo de élite, siendo solo el cuarto jugador en toda la historia de la liga en alcanzar esta increíble marca.
NOTAS RELACIONADAS
Desde aquel memorable día, ningún jugador ha vuelto a repetir esta proeza. El 17 de febrero de 1994, David Robinson, conocido como "The Admiral", dejó una huella imborrable en los anales del baloncesto profesional al registrar:
- 34 puntos
- 10 rebotes
- 10 asistencias
- 10 tapones
Este extraordinario desempeño ocurrió durante un juego como miembro de los San Antonio Spurs, consolidando aún más su estatus como una de las figuras más dominantes y versátiles que haya pisado una cancha de la NBA.
Un Logro Legendario
El cuádruple-doble es una hazaña extremadamente rara en el baloncesto, ya que requiere que un jugador registre cifras de dos dígitos en cuatro categorías estadísticas diferentes (puntos, rebotes, asistencias y robos o tapones) en el mismo partido. En la extensa historia de la NBA, solo cuatro jugadores han logrado esta proeza:
- Nate Thurmond (1974)
- Alvin Robertson (1986)
- Hakeem Olajuwon (1990)
- David Robinson (1994)
De estos legendarios nombres, Robinson es el último en haberlo conseguido, y su actuación se mantiene como un símbolo de excelencia en el deporte. La combinación de habilidades ofensivas y defensivas necesaria para lograr un cuádruple-doble es rara incluso entre los mejores jugadores de la NBA.
Requiere no solo talento, sino también físico, inteligencia y una capacidad de impacto en todos los aspectos del juego. David Robinson, con su imponente presencia en la pintura y su capacidad para manejar el balón y distribuirlo, demostró ser el jugador completo que dominaba en ambos extremos de la cancha.
El Contexto del Cuádruple-Doble
El 17 de febrero de 1994, Robinson lideró a los San Antonio Spurs hacia una victoria fundamental en plena temporada regular. Con su actuación, no solo aseguró un triunfo para su equipo, sino que también escribió un capítulo épico en la historia del baloncesto. Su desempeño fue una muestra perfecta de su grandeza y de por qué es considerado uno de los mejores pívots en la historia de la NBA.
En ese partido, Robinson dominó a sus oponentes con su habilidad anotadora, su visión de juego y su capacidad defensiva. Cada estadística en su cuádruple-doble refleja su impacto en el juego: sus 34 puntos fueron fruto de su eficiencia ofensiva, mientras que sus 10 tapones y 10 rebotes destacan su presencia imponente en la pintura. Además, sus 10 asistencias subrayan su capacidad para involucrar a sus compañeros y generar oportunidades de anotación.