Dentro de la historia de la NBA, Magic Johnson es uno de los mejores jugadores en la posición de base y, debido a su altura, el histórico miembro del "Showtime" de Los Ángeles Lakers era un espectáculo al aprovecharla para tener una mayor versatilidad sobre el tabloncillo, lo que le dio una gran ventaja sobre sus rivales durante su exitosa carrera en la liga estadounidense.
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Sin embargo, uno de los momentos más impresionantes de Johnson fue el 16 de mayo de 1980, cuando lideró a Lakers a obtener el título de la campaña 1979-80 frente a Philadelphia 76ers. El base de los angelinos tuvo que tomar las riendas del conjunto californiano tras la lesión de Kareem Abdul-Jabbar, teniendo que jugar como centro, y tuvo uno de los mejores partidos en la historia de las Finales de la NBA.
Primer novato en ser MVP de las Finales
Con 42 puntos, 15 rebotes y 7 asistencias, junto con un 72% de tiro de verdadero, Johnson ayudó a Lakers a ganar el campeonato en el sexto duelo ante 76ers y se convirtió en el primer, y único, novato en la historia de la Asociación en ser coronado como el Jugador Más Valioso de las Finales.
Durante esa serie, el base promedió 21.5 unidades, 11.2 rebotes, 8.7 asistencias y 2.7 robos en los seis partidos que disputó. Esto le valió para ser reconocido como uno de los mejores en toda la liga estadounidense desde su primer año y fue el primer título de cinco que ganaría en su carrera con Los Ángeles dentro de la Asociación.