Cuando nos preguntamos ¿quién es el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos?, sin duda debemos mencionar a Michael Jordan, para la mayoría de los especialistas deportivos y aficionados del mundo, el ex jugador de los Chicago Bulls está por encima de cualquier jugador en la historia.
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Michael Jeffrey Jordan nació el 17 de febrero de 1963, un día donde el mundo vería la llegada de un individuo que cambiaría la historia del baloncesto por completo, y que con su actitud ganadora sería la inspiración de las siguientes generaciones.
En la universidad de Carolina del Norte, se convertiría en el jugador más talentoso e influyente de todos los tiempos, y aunque en sus inicios se vio limitado por su corta estatura y nivel de juego, no se detendría hasta cumplir su sueño de jugar baloncesto profesional.
Marcó su huella en la universidad, en especial por el tiro ganador en el Campeonato de la NCAA de 1992, siendo su primer éxito en su carrera. Posteriormente fue elegido All-American de la NCAA en las campañas 1982-83 y 1983-84, ganando además el premio al Mejor Jugador Universitario del Año y el premio John R. Wooden en la zafra 1983-84.
Tras su grandioso paso por la universidad, Jordan ingresaría a la NBA tras ser elegido en el Draft de 1984 por los Chicago Bulls, aunque en 1986 Jordan volvió a la universidad para terminar su carrera y graduarse en Geografía.
En sus primeros años en la NBA, Jordan sería la sensación de la liga, sus increíbles jugadas y números lo convirtieron en uno de los jugadores que ingresaría de forma temprana al libro de la historia del baloncesto, estando a la altura de jugadores élites como Larry Bird de los Boston Celtics o Magic Johnson de los Ángeles Lakers, quienes en ese momento eran la cara de la liga.
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Pero todo llegaría a su fin cuando Jordan comenzó a desmotrar sus destrezas para jugar el baloncesto, y por su espectáculo aereo, logró ganarse el apodo de 'Air' Jordan, y uno de sus primeros recitales anotadores fue ante los Boston Celtics con 63 puntos anotados en los playoff de 1986. Sin embargo; en su currículum hacía falta un premio que lo consolidaría la nueva cara de la NBA, y era un campeonato.
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Jordan fue fuertemente criticado por su juego individual, el cual le ayudaba a sumar grandes números personales pero que no eran suficientes para que los Bulls lucharan por un trofeo de campeones, en especial cuando lo intentaron y se vieron frustrados en tres ocasiones consecutivas por los 'Bad Boys', como se les conocía a los Detroit Pistons en ese entonces, un equipo que contaba con jugadores como Isiah Thomas, Joe Dumars, Bill Laimbeer, Dennis Rodman y compañía que estaban liderados por un experimentado Chuck Daly.
Pero Jordan no se rendiría y volvería con más fuerza en el cuarto año de intento por llegar a las finales de la NBA, donde lograría tener mayor experiencia y liderar a sus compañeros hasta el final del camino, posteriormente se toparían ante los Ángeles Lakers de Magic, equipo que figuraba como favorito a ganar el campeonato, sin embargo; para Jordan los pronósticos no fueron importantes y logró hacer lo propio para llevar a los Bulls a conquistar su primer título en la historia en la campaña 1990-91
Los éxitos de Jordan comenzarían a venir de forma consecutiva, luego que al siguiente año volviera a dirigir a los Bulls hasta el campeonato, y tras una reñida semifinales de Conferencia Este ante los Knicks de Nueva York, se vería las caras en las finales del 92 contra Clyde Drexler de los Portland Trail Blazers, donde también lo doblegaría y protagonizaría un recital anotador en el primer encuentro y completar la serie con un contundente promedio de 35,8 puntos, 4,8 rebotes y 6,5 asistencias.
Ese mismo año sería la figura de la selección de Estados Unidos al ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Portland, donde también pudo medirse ante la selección de Venezuela, en el que se encontraban figuras como Carl Herrera, Sam Sheperd y más jugadores del conjunto tricolor.
En el 93, dominaría a los Phoenix Suns de Charles Barkley, uno de sus amigos más cercanos, pero también una de sus víctimas en su enorme trayectoria, donde no tendría piedad y demostraría su calidad de jugador más dominante de su era.
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Tras tres años consecutivos en la cima, Jordan meditaría su retiro oficial del baloncesto, una incertidumbre que asustaba a los aficionados, y que se terminaría haciendo realidad con la muerte de su padre James Jordan, esto lo motivaría a recordar sus tiempos en el beisbol, y tras terminar sus responsabilidades con los Bulls, ingresaría a formar parte de los Medias Blancas de Chicago en las ligas menores, donde pudo olvidarse un poco de su reinado en el baloncesto.
Sin embargo; su durabilidad en el beisbol duraría poco cuando anunció su regreso al baloncesto el 18 de marzo de 1995, jugando algunos partidos con el dorsal 45 con los Bulls, posteriormente regresaría al dorsal 23 tras ser eliminados en playoff por los Orlando Magic de Shaquille O'Neal.
En el curso 1995-96 volvería a convertirse en el dueño de la NBA, cuando conquistó su cuarto campeonato con los Bulls en las finales al doblegar a los Seattle Supersonics de Gary Payton y Shawn Kemp, dedicando así ese título en honor a su padre.
Sus próximos dos campeonatos llegarían en las siguientes dos campañas, firmando así su segundo Three Peat de su carrera con los Bulls, al dominar de forma consecutiva a los Utah Jazz de John Stockton y Karl Malone. Uno de sus mejores tiros y jugadas de su trayectoria fue el último lanzamiento que realizó en los segundos finales del sexto partido ante la defensa de Bryon Russell, silenciando así al Delta Center y sumando su sexto y último campeonato.
Luego pasaría a formar parte de los Washington Wizards, sin embargo, no logró ningún campeonato y sería las últimas actividades de su carrera, luego que anunciara oficialmente su retiro en la campaña 2003, jugando su último encuentro en Philadelphia ante los Sixers, siendo la última vez que el mundo vio a un ser humano tan increíblemente versátil y con un juego teatralmente bello pisar un tabloncillo.
Jordan se retiró de la NBA con un total de 32.292 puntos en su carrera, ingresando al Salón de la Fama en el año 2009, tras su retiro continuó su carrera como empresario, y actualmente es propietario de los Charlotte Hornets y una de las figuras con mayor influencia en todo el mundo.