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Este domingo 26 de mayo, Serhan Aktoprak, responsable de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), informó sobre un deslizamiento de tierra que ocasionó el deceso de 600 personas en Papúa Nueva Guinea.
Hasta el momento, los equipos de rescate solo han podido recuperar cinco cadáveres en medio de los escombros y el fango, de acuerdo a información suministrada por la agencia EFE. Este incidente, se produjo luego de un intenso terremoto que azotó la nación. Mientras que la agencia de migraciones de la ONU estima que la cifra de fallecidos se eleva a 670.
Inicialmente, los medios del país oceánico detallaron que un total de 300 muertos a causa de la avalancha, que se produjo en la aldea de Kaokalam, situada en la provincia de Enga, a unos 600 kilómetros al noroeste de la capital, Port Moresby.
En unas declaraciones para la cadena de televisión australiana ABC, el responsable regional de la OIM, elevó el número de víctimas. De igual modo, señaló que hay un centenar de casas enterradas a una profundidad de seis y ocho metros.
Actualmente, el riesgo es inminente en la zona tras el hecho y existe riesgo de una posible nueva avalancha, según lo expresó el responsable de la OIM. Sin embargo, continúan las labores con la intención de evacuar a los más de 1.200 supervivientes.
Es importante mencionar que, existen otras seis aldeas en la región, que se han visto afectadas por el alud. En total, unas 4.000 personas viven en el área donde ocurrió el hecho, según el censo oficial. No obstante, las autoridades calculan que el número sea mucho mayor, debido a que el pueblo sirve como refugio para las personas que huyen de conflictos de otras aldeas cercanas.
Habitualmente, en esta zona suelen producirse terremotos, además de lluvias intensas e inundaciones.