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Desde la suspensión de los servicios consulares de la Embajada de Estados Unidos en Caracas en 2019, los venezolanos deben salir del país para tramitar su visa estadounidense. Esta medida, que también incluyó el retiro del personal diplomático estadounidense, ha generado dificultades para quienes necesitan realizar cualquier trámite consular, especialmente en lo que respecta a las visas de inmigrante y no inmigrante.
De acuerdo con la información publicada por la Embajada de Estados Unidos en Caracas, los venezolanos pueden realizar su solicitud de visa americana en cualquier consulado estadounidense en el mundo. Sin embargo, la opción más recomendada para los ciudadanos venezolanos es el consulado ubicado en Bogotá, Colombia, donde las entrevistas para visas de inmigrante son gestionadas de forma prioritaria.
No obstante, recientemente, las relaciones entre Colombia y Estados Unidos se vieron afectadas por una crisis diplomática que tuvo consecuencias directas en los trámites consulares. Debido a tensiones políticas, las citas programadas en la Embajada de EEUU en Bogotá fueron canceladas, dejando a miles de ciudadanos sin poder acceder a las entrevistas para obtener su visa. A pesar de que los gobiernos lograron resolver el conflicto, los trámites consulares en Colombia continúan por ahora sin ser reprogramados.
Cabe destacar que los tiempos de espera para las citas de visa varían según el país elegido, por ejemplo, en Montevideo, Uruguay, el proceso de solicitud puede tomar hasta 43 días, mientras que en La Paz, Bolivia, el tiempo de espera es de 55 días. Sin embargo, uno de los destinos más frecuentes para los venezolanos es Argentina, donde las citas pueden tardar hasta un año. Por otro lado, para viajar a países como Panamá y República Dominicana, se requiere una visa adicional para ingresar, lo que puede aumentar los costos y complicar el proceso.
Al elegir otro país para tramitar la visa, los venezolanos deben considerar varios factores, entre ellos los costos asociados al viaje y la estadía, las personas que no residan en el país donde planean hacer el trámite se enfrentan a gastos adicionales, como boletos de avión y alojamiento, lo que puede triplicar el costo del proceso.