El 21 de noviembre de 2015, el mundo del boxeo presenció un enfrentamiento electrizante entre dos gigantes de este deporte: Saúl "Canelo" Álvarez y Miguel Cotto. Esta pelea, realizada en Las Vegas, Nevada, no solo fue importante por los títulos en juego, sino también por el impacto que tendría en la carrera de Canelo. Tras el combate, Álvarez proclamó con orgullo: "Comienza mi era", un reconocimiento de que había alcanzado un nuevo nivel en su trayectoria.
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¿Cómo ganó Canelo?
Cotto, en ese momento, defendía el campeonato lineal de la división mediana, mientras que Canelo venía de combatir en la categoría de 154 libras. Sin embargo, ambos boxeadores acordaron pelear en un peso intermedio de 155 libras. Desde el inicio del combate, quedó claro que sería un duelo intenso y aguerrido. A pesar de que no hubo caídas durante la pelea, el mexicano demostró una mayor solidez en sus golpes, lo que finalmente influyó en la decisión de los jueces.
"Comienza mi era"
La victoria de Canelo fue por decisión unánime, con tarjetas que reflejaron su dominio: 118-110, 117-111 y 119-109. Algunas plataformas, como ESPN, ofrecieron una puntuación más cerrada, viendo el combate 115-113 a favor de Álvarez, mientras que ESPNDeportes.com lo evaluó 116-112. De manera interesante, el reconocido miembro del Salón de la Fama, Joe Cortez, vio el enfrentamiento como un empate, y algunos medios de comunicación mexicanos consideraron que Cotto había merecido la victoria. Esto demuestra la intensidad y competitividad del encuentro, dejando claro que, aunque Canelo se llevó el triunfo, el desempeño de ambos boxeadores fue destacado.
Con esta victoria, Canelo no solo se consolidó en el mundo del boxeo, sino que también lanzó un desafío a Gennadiy Golovkin, otro gran nombre del deporte. Este reto marcó el inicio de una trilogía que se convertiría en uno de los capítulos más emocionantes de su carrera. La pelea con Cotto fue un hito en la trayectoria de Álvarez, subrayando su habilidad para adaptarse y sobresalir frente a un oponente formidable, lo que lo catapultó al estrellato y cimentó su lugar en la historia del boxeo. En conclusión, la victoria de Canelo sobre Cotto no solo fue una cuestión de puntuaciones, sino un testimonio de su crecimiento como boxeador y su ambición de ser el mejor en su deporte.