Los baños de hielo han ganado notoriedad en los Juegos Olímpicos de París 2024, destacándose como una de las prácticas más discutidas y cuestionadas entre los atletas. Este tratamiento, conocido también como crioterapia, consiste en sumergirse en agua fría o hielo para acelerar la recuperación muscular después de un esfuerzo intenso. Aunque popular, su eficacia ha sido objeto de debate dentro de la comunidad científica.
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Beneficios y cuestionamientos de los baños de hielo
Los defensores de los baños de hielo argumentan que estos ayudan a reducir la inflamación y el dolor muscular, mejorar la circulación sanguínea y acelerar la recuperación tras la actividad física.
La exposición al frío extremo provoca una vasoconstricción seguida de una vasodilatación cuando el cuerpo vuelve a la temperatura normal, lo que teóricamente facilita la eliminación de desechos metabólicos y la entrega de nutrientes frescos a los músculos fatigados.
En los Juegos Olímpicos de París 2024, la demanda de hielo ha sido tan alta que las federaciones deportivas han solicitado más de 1,500 toneladas, aunque solo se dispondrá de 600 toneladas debido a limitaciones de suministro. Esto refleja la fe que muchos atletas y entrenadores tienen en esta técnica.
Sin embargo, varios estudios científicos cuestionan los beneficios atribuidos a los baños de hielo. Según un artículo del British Journal of Sports Medicine, si bien el frío puede ser útil en casos específicos como la recuperación de un golpe de calor, no hay pruebas concluyentes de que los baños de hielo mejoren significativamente el rendimiento o aceleren la recuperación muscular de manera más efectiva que otros métodos. Además, se critica el impacto medioambiental derivado de la producción y conservación de grandes cantidades de hielo.
Técnica de las Ventosas
Al igual que los baños de hielo, la técnica de las ventosas, o 'cupping', ha sido utilizada por deportistas de alto rendimiento. Esta práctica ganó notoriedad en los Juegos Olímpicos de Río 2016, cuando el nadador Michael Phelps apareció con marcas circulares en su cuerpo, atribuidas a esta terapia. Las ventosas supuestamente mejoran la circulación y alivian el dolor muscular mediante la succión de la piel y el tejido subyacente.
No obstante, la comunidad científica también se muestra escéptica sobre la eficacia de las ventosas. La falta de estudios rigurosos que respalden sus beneficios y el hecho de que sus efectos positivos puedan deberse a un efecto placebo han llevado a muchos expertos a cuestionar su uso.
Más allá de los baños de hielo y las ventosas, los Juegos Olímpicos han sido un escaparate para una amplia gama de terapias alternativas. Entre ellas, la osteopatía se destaca como una de las más omnipresentes. Esta disciplina, que se basa en manipulaciones corporales para tratar diversas disfunciones, carece de una sólida base científica que respalde sus supuestos beneficios.