En una pelea que demuestra que es el enfrentamiento y no los títulos lo que genera anticipación, Saúl “Canelo” Álvarez se enfrenta al cubano William Scull en un encuentro de peso súper mediano por los cuatro cinturones del organismo sancionador esta noche en The Venue Riyadh en Arabia Saudita.
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Canelo es ampliamente considerado como el boxeador más famoso y comercializable del planeta, pero esta pelea con Scull, el campeón de la FIB en las 168 libras, ya está en peligro de pasar tan desapercibida que casi nadie la nota.
La pelea, que marca la primera de la superestrella mexicana en un acuerdo de cuatro peleas con Turki Alalshikh, es notable solo por esa molesta etiqueta de 'indiscutible', una que Álvarez renunció sin ninguna preocupación en el mundo cuando consideró que el entonces obligatorio Scull de la FIB no era digno de una pelea el año pasado.
El dinero manda
Sin embargo, el dinero manda, y como Álvarez supuestamente estaba considerando una pelea lucrativa con Jake Paul, Alalshikh se apresuró a presentarle un contrato que le garantizaba aún más dinero. Suponiendo que el boxeador de 34 años derrote a Scull, se enfrentará a Terence Crawford en un espectáculo mucho más atractivo en septiembre.
Álvarez, con marca de 62-2-2 (39 KOs), luce muy por encima del hábil pero limitado Scull. Podríamos señalarlo como una persona complaciente o envejeciendo de la noche a la mañana mientras intenta defender a Scull, pero, incluso si ambas cosas se hacen evidentes, debería tener suficiente para ganar este combate con la misma comodidad con la que ha ganado todos desde su derrota en 2022 ante Dmitry Bivol.
Quizás la mayor incógnita en torno a esta contienda es si Scull resultará tan superado como para presenciar la primera victoria por nocaut de Canelo desde 2021. Sin duda, es una posibilidad, pero la sensación (inculcada por la costumbre de ver a Álvarez ganar por decisión en 12 asaltos) es que será una victoria por puntos muy desigual.