Con la revolución técnica de 2026, la Máxima Categoría del Automovilismo se prepara para un nuevo capítulo en su historia, con un tema que ha estado llamando la atención desde el inicio de la temporada, y que ha cobrado fuerza con la recta final en puerta.
Se trata de Aston Martin, pero más específicamente, de la alianza entre Fernando Alonso y Adrian Newey. El piloto español tendrá su primera oportunidad de trabajar con el genio del diseñador más exitoso de la historia moderna de la F1. ¿Será la fórmula para sacudir todo en 2026? Una relación laboral de la que están muy pendientes los momios deportivos de motor, puesto que la Fórmula 1 es la disciplina por excelencia de las cuatro ruedas.
El arquitecto de campeones
Adrian Newey no necesita presentación. Con más de 200 victorias y 11 títulos mundiales de constructores en su haber, ha sido el cerebro detrás de los coches campeones de Williams, McLaren y Red Bull. Su llegada a Aston Martin en 2025 como Chief Technical Officer marca un punto de inflexión para la escudería británica.
Su visión única para interpretar los reglamentos técnicos es ya una ventaja considerable, y con la introducción de la aerodinámica activa, que desató un interés particular en Newey, las expectativas de que encuentre soluciones innovadoras son cada vez más altas.
El proyecto toma forma
Desde su regreso a la F1 en 2021, Aston Martin ha invertido agresivamente en infraestructura, talento y tecnología. Con la nueva fábrica en Silverstone operativa, simuladores de última generación y un equipo técnico reforzado, el equipo de Lawrence Stroll apunta alto.
Aunque la temporada 2025 ha sido un paso atrás con respecto a la anterior, la escudería británica ha puesto todo su enfoque en la evolución liderada por Newey desde antes del parón de verano. La combinación de su genio y la experiencia de Fernando Alonso puede resultar en una combinación difícil de superar, y se espera mucho de ambos en el futuro cercano.
A sus 44 años, el asturiano sigue demostrando que la edad es sólo un número, porque su rendimiento ha sido digno de admiración, con maniobras impresionantes y una lectura estratégica que sigue sorprendiendo.
Lo que hace especial a Alonso es su capacidad para adaptarse. Es de los pocos pilotos en activo que ha competido en distintas eras técnicas, desde los V10 atmosféricos hasta los híbridos actuales. Su experiencia será clave para entender y explotar las nuevas dinámicas de los monoplazas, especialmente con la aerodinámica activa y el nuevo reparto energético.
Además, tanto Adrian como Fernando comparten una obsesión por el detalle, más una mentalidad ganadora y una capacidad única para leer el reglamento entre líneas. Todo esto no hace más que aumentar las posibilidades del equipo.
¿Será 2026 el año en que Alonso consiga el tan ansiado tercer título? Bueno, se deben alinear varios factores. Primero, el auto debe ser competitivo desde el inicio, por lo que Newey deberá acertar con el concepto base del AMR26. Segundo, la fiabilidad es un factor clave en las nuevas unidades de potencia. Tercero, la gestión estratégica, un punto donde Aston Martin debe mejorar mucho, sobre todo con la incorporación de dos autos más a la parrilla. Por último, el apoyo total del equipo en centrar los recursos para que el piloto consiga dar el máximo rendimiento.
¿El último baile?
Si Alonso logra el título en 2026, sería el cierre perfecto a una de las carreras más longevas y admiradas en la historia de la F1. Sería el campeón más veterano desde Juan Manuel Fangio, en una era completamente distinta a la de sus primeros títulos. Las posibilidades están ahí, con Newey haciendo magia una vez más.