Al rey de la Copa de la Liga le tocó sufrir para mantenerse a flote ante el Bournemouth pero acabó por clasificarse tras el esfuerzo final (2-1). De Bruyne y Sterling irrumpieron para darle otro tono al equipo y Foden sentenció la faena en una noche en la que los jóvenes tuvieron protagonismo, con Eric Garcia de nuevo como titular y con minutos para Ferran Torres. Imagen más que meritoria del cuadro de Tindall, irreverente en Manchester a pesar de la derrota.
Tiene tantas obligaciones el City que Guardiola anunció tras ganar al Wolves que iba a rotar frente al Bournemouth en la Copa de la Liga. El de Santpedor miró a la academia, plagada de chicos con el afán de acreditar que merecen tener su oportunidad. Nadie mejor que Delap, depredador en su debut. El ariete, también hijo de futbolista, descorchó el encuentro con un gran gol, exquisito en la definición a la escuadra. Imposible estrenarse con mejor nota en el Etihad.
Al City se le vio tierno, consecuencia del experimento de Pep. Jugó también Adrià Bernabé, al que no le sonrió la suerte. Sin poder pisar, el ex del Espanyol y del Barça tuvo que abandonar la cancha en camilla tras una acción desafortunada. Por entonces el Bournemouth descansaba tras el 1-1, afilado en la transición. Brooks condujo la jugada del empate, Gosling asistió y Surridge remató para igualar un choque en el que no le pesó el escenario, más bien convencido en dar la sorpresa.
Walker, Mahrez y Foden asumieron la responsabilidad en el segundo acto, apagados de inicio. En una noche con tantas ausencias, el City no podía echar de menos a estos futbolistas. A Guardiola, sin embargo, no le bastó. Ingresó De Bruyne al rescate y poco después Sterling. Ganó peso en el juego y Foden acabó por sellar el pase después de aprovechar un remate a la madera de Mahrez. Sufrió Guardiola con tantos cambios, pero al final el City se mantuvo vivo en el torneo que defiende. /AFP