En Inglaterra se respira una palpable sensación de inquietud, un sentimiento amplificado por la afirmación de la prensa española de que la afición del Arsenal está "aterrorizada". Esta aprensión surge ante la inminente vuelta de los cuartos de final de la Champions League contra el Real Madrid. A pesar de llevar una imponente ventaja de 3-0 desde el primer encuentro, la posibilidad de una remontada del Real Madrid se cierne sobre el horizonte, ensombreciendo la confianza que una victoria tan decisiva suele inspirar.
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Un Madrid con historia de remontadas
La historia del Real Madrid en la Champions League está entrelazada con historias de remontadas improbables. El Estadio Santiago Bernabéu se ha convertido en sinónimo de remontadas espectaculares, un escenario donde déficits aparentemente insalvables se han remontado mediante una potente combinación de brillantez táctica, individual y un espíritu inquebrantable. Esta reputación les precede, infundiendo un profundo respeto, y quizás ahora, un auténtico miedo, en sus rivales, independientemente del marcador.
El Arsenal, si bien ha demostrado un rendimiento impresionante a lo largo de esta campaña de la Champions League, es plenamente consciente del historial del Real Madrid en esta competición. Los Gunners, relativamente inexpertos a estas alturas en comparación con los veteranos madrileños, comprenden la fortaleza psicológica y la flexibilidad táctica del gigante español. El recuerdo de anteriores encuentros europeos donde el Madrid ha superado las expectativas sirve como un claro recordatorio de que la eliminatoria está lejos de estar decidida.
Los medios ingleses han analizado activamente esta dimensión psicológica, destacando la ansiedad inherente de la afición del Arsenal. Si bien reconocen la importante ventaja, muchos comentaristas y exjugadores advierten contra la complacencia, enfatizando el peligro de subestimar a un equipo con el historial del Real Madrid. La atención se ha desplazado de la celebración de una posible clasificación a semifinales a la anticipación nerviosa de la inevitable arremetida del Madrid en su propio campo.