Alejándose del análisis táctico y las predicciones del partido, De Burgos compartió la difícil realidad que vive debido a la intensa presión que rodea su profesión, mostrando la cara más humana del arbitraje.
El impacto familiar de la presión arbitral
Cuando fue cuestionado acerca de la presión arbitral, Ricardo de Burgos no pudo contener la emoción y rompió a llorar al hablar de cómo esta afecta a su entorno familiar. Con la voz quebrada, relató la dolorosa experiencia de que su propio hijo sufra las consecuencias de las críticas e insultos que él recibe en el ejercicio de su labor.
"Que un hijo tuyo vaya al colegio y haya niños que le dicen que su padre es un ladrón y llegue a casa llorando… eso es muy 'jodido'", confesó el colegiado, dejando entrever el profundo impacto emocional que esta situación tiene en su vida personal.
En ese instante de vulnerabilidad, añadió que su manera de afrontarlo es educar a su hijo, intentando inculcarle la verdad sobre su integridad: "intentar educar a mi hijo diciéndole que su padre es en realidad un hombre honrado".
De Burgos también compartió la manera en que intenta explicarle a su hijo la naturaleza de su trabajo, desmitificando la figura del árbitro perfecto y reconociéndolo como un ser humano falible: "El juez agregó que también le decía al joven que su padre 'se equivoca' y que es 'un deportista más', aclarando que no le deseaba a nadie una situación como la que estaba narrando."
Su deseo es que, en el futuro, su hijo pueda sentirse orgulloso de su padre y del valor que el arbitraje aporta al deporte.
Un llamado a la reflexión y el apoyo de un compañero
Con un tono de profunda reflexión, De Burgos instó a la comunidad futbolera a considerar el camino que se desea para el deporte: "De Burgos instó a la comunidad futbolera a hacer una reflexión de 'por dónde queremos ir y lo que queremos del deporte y del fútbol'."
Tras su emotiva respuesta sobre la presión arbitral, la rueda de prensa concluyó, y un gesto de solidaridad se hizo visible cuando uno de sus compañeros de la terna arbitral le brindó un abrazo de apoyo.
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Previamente en la misma conferencia, el colegiado había destacado su sentir al ser designado para un partido de tal magnitud en una ciudad vibrante como Sevilla: "Más temprano, en la misma conferencia, el colegiado resaltó lo privilegiado que se sentía de estar en Sevilla. 'Es una ciudad preciosa y respira fútbol con dos aficiones increíbles'".
También anticipó la complejidad del reto arbitral en una final entre "dos grandes clubes", reconociendo que "habrá polémica y jugadas interpretables" debido a la velocidad y técnica de los jugadores.
