Luis Suárez | @SirLuchoSuarez
“Los goles son amores”, una frase que resumió el pacto de tres jugadores con una fanaticada que se acostumbró a vibrar cada fin de semana con su juego letal. Tres nombres que hacían temblar a las defensas que trataban de interponerse en su camino al arco rival, tres nombres que en cuatro años consiguieron llenar la vista de sus hinchas con la escandalosa cifra de 440 redes, tres nombres que a partir del presente 2 de agosto pasarán a ser una dupla, ya que uno de sus mosqueteros decidió partir para ser el protagonista de la película en otra frontera.
“MSN”, siglas del poderoso tridente integrado por Messi (Lionel), Neymar, y Suárez (Luis), que en sólo cuatro años, le enseñaron al mundo lo que significaba el verdadero poder ofensivo.
No es casualidad que dicho triplete de jugadores haya competido en una época actual dominada por un Real Madrid que logró arrasar con todo lo que veía en frente de sí mismos, estos poseen otro trío de atacantes de miedo, la famosa “BBC”, Bale, Benzema, y Cristiano, pero que se ha visto perjudicada por las ausencias de un Gareth Bale de “cristal” que no ha conseguido dar su máximo potencial en la casa blanca, aunque dicho inconveniente no ha detenido la sed de triunfos que posee un Cristiano Ronaldo que está encaminado a su quinto Balón de Oro.
La felicidad no dura para siempre, y en un club como el FC Barcelona, no todo es color de rosas. Tras los polémicos problemas judiciales que han envuelto a la institución culé, y el protagonismo absoluto que ha adoptado Lionel Messi en el equipo, ha conseguido que el astro brasileño Neymar Jr, haya tomado la decisión de abandonar el barco catalán para tomar rumbo a París.
Será el fichaje más caro de la historia del balompié. El PSG llenará las arcas del cuadro azulgrana con 220 millones de euros, cantidad que está grabada en la cláusula de recisión del ariete canarinho.
Los galos elaborarán una gran bienvenida para quien será la piedra angular de su proyecto, mientras que los españoles tendrán que buscar alternativas para suplir una gran baja en su ofensiva.
Grandes jugadores como Antoine Griezmann y Paulo Dybala suenan como posibles substitutos del brasileño, pero será un vacío muy difícil de llenar.
Quizás Neymar es el culpable absoluto de su partida de la entidad azulgrana, pero no se le puede culpar por querer buscar el protagonismo que necesita una figura de su magnitud en otro equipo con un proyecto ambicioso, y con ansias de gobernar el deporte rey en el viejo continente.
Pero algo sí está muy claro, el dinero es un factor importante para la toma de decisiones en cualquier ámbito de la vida, y si 220 millones fueron capaces de desarmar a un tridente que hacía historia en el fútbol hasta el sol de hoy, no siempre la felicidad será sinónimo de gol, sino que también estará en la cantidad de ceros que lleve un cheque.