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Clásico Mundial

El Clásico Mundial se afianzó en el corazón del fanático (+Análisis)

Por Meridiano

Martes, 21 de marzo de 2023 a las 03:00 pm

Pedro Ricardo Maio

MIAMI (enviado especial).-El Clásico Mundial de Béisbol cerró con, quizás, el partido más esperado por los organizadores del evento. Tener en el último capítulo de esta edición a los locales EEUU y en frente a uno de los mercados más importantes como el japonés, garantizó un índice de audiencia que les permite utilizarlo como bandera, a partir de este momento, pensando ya en 2026.

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Ya el Clásico tuvo picos importantes de sintonía e incluso valoradas por el número de reproducciones en las distintas plataformas digitales, por ejemplo, el batazo ganador de Trea Turner ante Venezuela tuvo más vistas que varios de los momentos claves de la última Serie Mundial.

Grand Slam de Trea Turner vs Venezuela / Foto: Getty Images


Y es que permítanme hablar desde la experiencia vivencial, siendo testigo de gran parte de las jornadas desarrolladas en el Loan Depot Park de Miami, un estadio que literalmente vendió todas las entradas de cada uno de los 15 partidos que ahí se desarrollaron. El parque, ubicado en la Pequeña Habana, se afianzó como una de las sedes predilectas y que, dependiendo de las fluctuaciones en los siguientes tres años, pudiera repetir sin atenuantes en 2026.

Hoy pudiéramos decir que el World Baseball Classic fue exitoso más allá de sus imperfecciones. Es un evento diseñado por Major League dentro de su campaña por globalizar este deporte, aunque sabemos que es un añadido a su producto principal y, aunque con detractores en el camino, han logrado salir adelante durante 5 ediciones.

Una de las diferencias clave fue el compromiso de cada jugar con su país de origen o de adopción. Ser invitado a participar es motivo de honor y, al aceptar, se comprometían a llegar en las mejores condiciones posibles, iniciando antes del Spring Training su preparación, una señal que el Clásico dejó de ser un anexo y se adueño de un espacio importante.

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Una distribución diferente de los grupos es uno de los puntos debatibles. Sin embargo, el éxito de las plazas está directamente relacionado con los países que ahí juegan. En Arizona la presencia de México, Estados Unidos y Canadá es sinónimo de éxito; en Miami tener a las representaciones latinas como Puerto Rico, Dominicana y Venezuela no solo llenarán el estadio, sino le darán un colorido particular.

México y su afición / Foto: Getty Images


¿Y por qué no ubicar a Cuba en Miami? Sencillamente porque el sistema cubano lo impide, sí su sistema, porque a mayor cantidad de días en territorio estadounidense, mayor será la probabilidad de deserciones, además frases como “esa selección no me representa”, se repetían en varios rincones por una población que hizo vida en Miami desde hace varias décadas.

Tokio es una sede eterna, no por capricho, sino ganada a pulso por su gran cultura en este deporte. La reaparición de México o San Juan para la próxima cita no se descarta, aunque minimizar los viajes a aquellas selecciones con mayor presencia de “grandeligas” lo agradecerían los equipos de MLB.

Las lesiones de Edwin Díaz y José Altuve dispararon las alarmas y sirvieron para que los “enemigos” de la cita de selecciones iniciaran campañas desestabilizadoras como si los accidentes no ocurrieran en cualquier escenario o momento. Quedará como algo desafortunado, a la hora de hacer el balance final.

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El béisbol jamás podrá compararse al fútbol, sería un error pretender hacerlo. Pero con el Clásico Mundial ha enviado una señal contundente de que este deporte puede ser algo más que 30 organizaciones de Grandes Ligas y, caminando de su mano, ofrecer la única ventana posible para ver a una gran cantidad de estrellas luciendo el uniforme de su país. Comienza la cuenta regresiva para el 2026. ¡PlayBall!

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