Después de dos años de ausencia en temporadas regulares de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, Cade Gotta regresó al torneo venezolano vistiendo unos colores que nunca antes había usado, los de Cardenales de Lara. En sus primeras tres zafras en la liga perteneció a Bravos de Margarita y, seguidamente, transitó por la misma cantidad de justas con los Navegantes del Magallanes.
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Sus números tanto con los insulares como con los filibusteros fueron bastante buenos, de hecho, se exaltó como uno de los toleteros más importantes de la organización valenciana para la consecución del trofeo de campeón en la 2019-20, cuando bateó por encima de .380 de promedio en la ronda regular y se adueñó del MVP de la Gran Final ante Caribes de Anzoátegui.
Por su exitoso pasado en la LVBP, la gerencia de los Cardenales de Lara confió en sumarlo como refuerzo en medio de la vigente campaña, buscando respuestas para el deficiente rendimiento de su ofensiva en el primer mes de acción. Los crepusculares actualmente son últimos en promedio de bateo con .266 y son los segundos que menos jonrones han conectado con 15.
Cade Gotta no ha podido responder como se esperaba
En siete juegos disputados como dirigido de Henry Blanco, el patrullero estadounidense ha conectado solo cinco hits en 27 apariciones en la caja de bateo. Su promedio de .217 y su .550 de OPS ilustran lo irregular que ha sido su arranque con la novena larense.
Aun cuando no ha lucido como ese imponente bateador de hace algunos años, el cuerpo técnico de Cardenales sigue a la espera del que tome ritmo con el madero y sea una pieza fundamental para el club en lo que resta de justa.