Mariano Rivera es un histórico de las Grandes Ligas. Forma parte del Salón de la Fama desde el 2019 (Hasta ahora único jugador en entrar de manera unánime) y es una de las leyendas de los Yankees de New York, con estos ganó cinco anillos de Series Mundiales y en una época en la que casi no se ve jugadores con el mismo uniforme durante toda su carrera, el panameño perteneció a los neoyorquinos desde 1995 hasta el 2013 que culminó su trayectoria en MLB.
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Antes de convertirse en el mejor relevista de la historia de las Grandes Ligas, Rivera sufrió mucho en su primer año con los Yankees en 1995. El nativo de Panamá fue abridor en sus primeros cinco años en las menores y en 1995 inició con 2.10 de efectividad y tres bases con 30 ponches en siete aperturas para los Clippers de Columbus (Triple A).
Los Yankees lo llamaron al equipo grande el 23 de mayo de ese mismo año y ante los Angels permitió cinco carreras y ocho hits en tres innings y un tercio, recibió un jonrón de Jim Edmonds, y se llevó la derrota.
Buck Showalter, manager de los Yankees en aquel momento, tenía como cerrador estelar a John Wetteland y siguió utilizando como abridor a Mariano, quien finalizó con 10 aperturas y su última fue el 5 de septiembre de 1995.
Joe Torre llegó al banquillo de la novena de New York para la temporada siguiente y es el culpable de que pitcher derecho se reinventara como relevista. Durante la campaña de 1996 Rivera finalizó con 10 rescates porque Torre y los Yankees respetaron el status de Wetteland, pero a partir de 1997 lo nombraron cerrador oficial y terminó con 43 salvados.
Una verdadera estrella
Fue parte del Juego de Estrellas de las Grandes Ligas en 13 oportunidades y es líder de todos los tiempos en salvamentos (652) y juegos terminados (952) en la MLB. Al día de hoy sirve como uno de los embajadores de los Bombarderos del Bronx.