En el último juego de la serie entre los Mellizos de Minnesota y los Medias Rojas de Boston en el Fenway Park, se produjo un momento que dejó a los aficionados boquiabiertos, el lanzador zurdo Garrett Crochet recibió una línea directa en la nariz tras un batazo de Carlos Correa, pero decidió permanecer en el juego.
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El incidente ocurrió en la cuarta entrada, cuando Correa conectó un batazo que Crochet intentó desviar con su guante. Sin embargo, la pelota rozó su guante y golpeó su nariz antes de continuar su trayectoria hacia la segunda base. De inmediato, el manager Alex Cora y el equipo médico de los Medias Rojas corrieron al montículo para evaluar la situación. Aunque se observó un leve sangrado, Crochet sopló su nariz y decidió seguir lanzando.
Resiliencia en la loma
Lejos de dejarse afectar por el golpe, Crochet ponchó al siguiente bateador, Jonah Bride, con un sweeper magistral. Luego permitió un sencillo de Brooks Lee antes de cerrar la entrada con un rodado de Harrison Bader. A pesar del impacto, el zurdo completó cinco entradas, lanzando 89 pitcheos, permitiendo cuatro hits y una carrera, y acumulando seis ponches
Garrett Crochet, quien llegó a los Medias Rojas en un cambio con los Medias Blancas, firmó recientemente una extensión de contrato de seis años por 170 millones de dólares reafirmando su estatus como el as de la rotación del mánager Alex Cora.