Harold Capote Fernández
Normalmente cuando se dan acontecimientos que marcan un antes y un después, recordamos cosas como dónde o junto a quién estuvimos. En el mundo de las Grandes Ligas uno de los hechos más épicos ocurrió en la postemporada de 2004, con los Medias Rojas de Boston como los protagonistas de algo sin precedentes.
Abajo 0-3 ante los poderosos (y odiados) Yankees de Nueva York, las cosas estaban muy feas en la Nación de los Medias Rojas, que jamás perdieron los ánimos a pesar de encontrarse en el punto álgido de una tormenta que parecía terminaría por tragárselos sin miramientos.
Bajo ese contexto de alta presión, los patirrojos comenzaron a dar forma y fondo a una fantástica remontada, que tuvo su punto de inflexión en el boleto sacado a Mariano Rivera por parte de Kevin Millar como primer bateador de la novena entrada, así como en la base estafada del corredor emergente, Dave Roberts.
Recientemente en el podcast Friday Beers, el jardinero central de ese conjunto, Johnny Damon, describió una serie de pormenores ocurridos antes de ese cuarto encuentro en la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
"Fue difícil (manejar la desventaja 0-3), Kevin Millar dio un paso al frente y habló, Nadie quería empezar a llevar a nuestros hijos a la escuela, no estábamos listos. Queríamos jugar unos cuantos encuentros más. Millar sacó unos shots de Jack Daniels (whisky) y pues, no teníamos ya nada qué perder, así que salimos al terreno creímos en el uno al otro. Lo hicimos antes del Juego 4, y del 5, y del 6 y del 7. Y luego también en la Serie Mundial en el Juego 1, en el 2, en el 3, en el 4".
Dicho esto, pareciera que ese "proceso de relajación" aplicado por Millar surtió efecto en el desempeño de los bostonianos, que luego de que Roberts se robara la intermedia, terminó pisando el plato con imparable de Bill Mueller para forzar el extrainnig, donde luego el Big Papi, David Ortiz, sentenció con cuadrangular.
Desde ahí Boston fue imbatible, con una grandiosa labor grupal en la que ganaron esos cuatro juegos seguidos más cuatro al hilo en la Serie Mundial contra Cardenales de San Luis y volver añicos la legendaria Maldición del Bambino. Después de 86 años de espera, campeones de las Grandes Ligas, el principal escenario del mundo de los bates, guantes y pelotas.