En una competencia de larga tradición como el clásico caribeño, es vital conocer que reúne cada año a los equipos ganadores de las ligas invernales más importantes de los países que forman parte de la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe (CBPC): Cuba (como invitado), República Dominicana, Venezuela, Puerto Rico y México, respectivamente.
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Por lo tanto, es necesario hablar sobre la primera franquicia criolla que se quedó con este prestigioso título. En febrero de 1970, el béisbol caribeño vivió un momento histórico: el regreso de la Serie del Caribe, tras diez años de inactividad por prohibición de los equipos profesionales en Cuba por órdenes políticas de dicho país.
Navegantes del Magallanes, primer campeón venezolano de la Serie del Caribe
Asimismo, Venezuela, Puerto Rico y República Dominicana fueron los países participantes en esta edición del torneo, que se disputó entre el 5 y el 10 de ese mes en el estadio Universitario de Caracas. La ciudad se convirtió en el epicentro del béisbol regional, y el equipo anfitrión, los Navegantes del Magallanes, aprovechó la ocasión para escribir una de las páginas más memorables de su historia sobre el terreno de juego.
El representativo venezolano llegaba a la competencia como campeón de la temporada 1969-1970 de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), luego de ganar la final ante la franquicia de los Tiburones de la Guaira en una campaña en la que el Magallanes estrenaba sede en la ciudad de Valencia.
La nave turca fue dirigida por el estratega cubano Carlos “Patato” Pascual, quien supo sacar el máximo rendimiento de un roster con mucho talento y repleto de experiencia que estaba lista para hacer historia. Los Navegantes ganaron siete de los ocho encuentros disputados, coronándose campeones de forma contundente. Por detrás se ubicaron los Leones de Ponce con récord de 4-4, mientras que los Tigres del Licey finalizaron últimos con una solitaria victoria y siete derrotas.
Uno de los grandes protagonistas del certamen fue el inicialista Gonzalo Márquez, quien se consagró como líder bate con un impresionante promedio de .478. Su destacada actuación lo hizo merecedor del premio al Jugador Más Valioso del torneo.
A su lado brillaron otros nombres, como el camarero Gustavo Gil, líder en carreras impulsadas con siete, y los lanzadores Orlando Peña y Aurelio Monteagudo, quienes registraron dos victorias cada uno y fueron piezas claves en el cuerpo monticular venezolano durante el certamen caribeño.
El dominio del Magallanes fue tal que ocho de sus jugadores fueron seleccionados para el equipo ideal de la Serie del Caribe 1970. En la receptoría estuvo Ray Fosse, Márquez ocupó la inicial, Gil la intermedia y Jesús Aristimuño el campocorto. En los jardines destacaron César Tovar (central) y Luis Meléndez (derecho), mientras que Peña y Monteagudo fueron reconocidos como los mejores lanzadores del torneo.
Finalmente, esta victoria no solo representó el cuarto título del Magallanes en su historia, sino que también confirmó al béisbol venezolano como una potencia en el ámbito regional. Para la fanaticada criolla, fue una celebración inolvidable, y para el club turco, el inicio de una nueva etapa gloriosa desde su nueva casa en Valencia.