Los New York Knicks protagonizaron una de las victorias más inverosímiles y estadísticamente anómalas en la historia de la NBA. A pesar de tener una noche de tiro ofensivo catastrófica, el equipo de la Gran Manzana logró imponerse, estableciendo un récord de ineficiencia que nunca antes se había superado en un partido ganado.
Los Knicks son el primer equipo en la historia de la NBA que falla más de 30 triples (30+) y falla más de 15 tiros libres (15+) y aun así consigue la victoria dentro del tiempo reglamentario.
Un triunfo contra la lógica estadística
La combinación de errores desde el perímetro y la línea de personal suele ser una sentencia de muerte en el baloncesto moderno. Los datos reflejan la magnitud del desafío que superó el equipo neoyorquino:
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Triples fallados: Más de 30 tiros errados desde la línea de tres.
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Tiros libres fallados: Más de 15 intentos no convertidos desde la línea de castigo.
La capacidad de los Knicks para contrarrestar esta abrumadora ineficiencia ofensiva y aun así asegurar el triunfo subraya varios factores críticos, como una defensa de élite, la dominación en el rebote ofensivo (generando segundas oportunidades) y/o la capacidad de forzar pérdidas de balón del rival y anotar en transición.
Este tipo de victoria es un testimonio del aforismo deportivo de que, a veces, la pura voluntad, el esfuerzo y el dominio en otros aspectos del juego pueden anular incluso la peor ejecución ofensiva. Aunque el cuerpo técnico seguramente revisará los porcentajes de tiro, el resultado final es un triunfo histórico que demuestra la resiliencia del equipo de Nueva York.