Fernando Botero Angulo fue un destacado pintor, escultor y dibujante colombiano. Caracterizado por romper los cánones de belleza y mostrar en sus obras, mujeres voluptuosas y “más reales”.
Nació en la ciudad de Medellín, el 19 de abril de 1932, dentro de una familia humilde y trabajadora, conformada por su padre David Botero, su madre Flora Angulo y su hermano mayor, Juan David.
Primeros pasos
Durante los años 40 se originó su acercamiento a la acuarela, con una obra de un torero. Para el año 1948, cuando ya había identificado su vocación, realizó su primera exposición artística en Medellín. Además, realizó ilustraciones para el periódico El Colombiano.
Formación
Su formación artística inició en el año 1952, cuando llegó al continente europeo, específicamente, a España, primero a Barcelona y luego, residenciándose en Madrid, donde comenzó sus estudios en la Real Academia de Arte de San Fernando. Mientras que, en el año 1953 estuvo en París y se movilizó a Florencia, lugar que fue de gran inspiración y conocimiento, pues se impregnó del arte del renacimiento italiano. También, incursionó de manera experimental en el volumen.
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En el año 1955, regresa a su país natal y decide, realizar una exposición basada en las obras que desarrolló durante su estadía en Europa. Sin embargo, no obtuvo receptividad por parte de los críticos de la época. Tras la experiencia negativa, para el año 1956 contrae nupcias con Gloria Zea y se muda a la Ciudad de México. En esta ocasión, Botero se introdujo en el mundo del color y el lenguaje moderno, bajo la influencia de artistas consagrados como Alejandro Obregón y Rufino Tamayo. Retorna, nuevamente, al ensayo y error con el volumen de bodegones.
Trayectoria artística
En 1957, regresó a Colombia y en 1958, funge como docente de la Escuela de Bellas Artes en la Universidad Nacional de Colombia, donde expone una obra a gran escala y obtiene el Homenaje a Mategna y se le consideró el artista más importante de Colombia en aquel año.
Emigra a los Estados Unidos donde expuso sus obras en diversas galerías y marcó el lenguaje pictórico y figurativo. Después su vida se basó en un constante viaje, entre Europa, Estados Unidos y el país cafetero, siempre en búsqueda de mostrar los avances en sus carreras, deslumbrar al mundo con sus obras y búsqueda inagotable de inspiración artística.
Consolidación artística
Botero, sin duda alguna puede ser catalogado como “curioso, investigativo, analítico e insaciable”, tal como es el arte, fue su andar en la vida, completamente “universal”.
El año 1963, puede ser considerado “exitoso” pues desarrolló varias exposiciones alrededor del mundo: Dubái, Londres, Roma, San Francisco, Chicago, Basilea, Buenos Aires, Tokio, San Juan de Puerto Rico, Santo Domingo, Berlín, Múnich, Fráncfort, Milán, Nápoles, París, Montecarlo, Barcelona -Aeropuerto del Prat-, Moscú, Ciudad de México, Monterrey y Caracas.
Boterismo
Botero se consolidó a nivel mundial como uno de los artistas más admirados, además, de ser el creador de un movimiento contemporáneo, pues sus obras inspiradas en la figura, volumetría exaltada en juego con la tridimensionalidad, marcaron un antes y un después. El denominado “boterismo” fue producto de su búsqueda insaciable de técnicas, elementos y referentes artísticos.
Cabe destacar que, muchas veces sus obras eran prohibidas en exposiciones y luego, retomadas pues muchas veces fueron consideradas muy deliberadas y expresivas. Sin embargo, hoy en día esos atributos lo han elevado a ser uno de los artistas más conocidos en Latinoamérica y el mundo.
Fallecimiento
El pasado 15 de septiembre, fallece el pintor y escultor Botero a sus 91 años de edad en Mónaco, en el proceso de recuperación de una fuerte neumonía que lo llevó a ser atendido en un centro hospitalario, situado al norte de Italia.
No obstante, su legado permanecerá inquebrantable en el imaginario colectivo, como uno artista que saltó a la fama por sus piezas voluminosas y la muestra de cuerpos reales, en una sociedad de paradigmas y etiquetas.