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Emma Raducanu y el fantasma de Mónica Seles: El peligro que acecha a las tenistas

Emma Raducano no es la primera tenista en ser víctima de un acosador en medio de una competencia oficial

Por Meridiano

Miércoles, 19 de febrero de 2025 a las 10:21 pm
Emma Raducanu y el fantasma de Mónica Seles: El peligro que acecha a las tenistas
Foto: Cortesía
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El reciente incidente de acoso sufrido por la tenista británica Emma Raducanu durante el torneo de Dubái ha traído a la memoria uno de los episodios más oscuros en la historia del tenis: la agresión a Mónica Seles en 1993. 

Estos eventos subrayan la persistente amenaza que representan los acosadores para las atletas femeninas y la necesidad imperiosa de reforzar las medidas de seguridad en los torneos.

El ataque a Mónica Seles: una herida en el tenis

El 30 de abril de 1993, durante un partido de cuartos de final en el torneo Citizen Cup en Hamburgo, Alemania, Mónica Seles, entonces número uno del mundo, fue apuñalada en la espalda por Günter Parche, un fanático obsesionado con Steffi Graf. Parche, incapaz de aceptar que Seles hubiera desplazado a Graf del primer puesto del ranking, llevó a cabo este acto violento con la intención de que su ídolo recuperara la posición dominante en el tenis femenino. 

Aunque Seles sobrevivió al ataque, las secuelas físicas y emocionales la mantuvieron alejada de las canchas durante más de dos años, y su carrera nunca volvió a ser la misma. Este incidente expuso las vulnerabilidades en la seguridad de los eventos deportivos y dejó una marca imborrable en la comunidad tenística.

Emma Raducanu: el acoso en pleno siglo XXI

Más de tres décadas después, el tenis vuelve a enfrentar situaciones preocupantes relacionadas con la seguridad de sus jugadoras. El 19 de febrero de 2025, Emma Raducanu, campeona del US Open 2021, se encontraba disputando un partido contra Karolina Muchova en el Dubai Duty Free Tennis Championships cuando reconoció en las gradas a un hombre que la había acosado previamente. 

Visiblemente afectada, Raducanu detuvo el encuentro y, entre lágrimas, buscó refugio detrás de la silla del árbitro. La seguridad del torneo actuó con rapidez, expulsando al individuo y prohibiéndole la entrada a futuros eventos de la WTA. A pesar del impacto emocional, Raducanu decidió continuar el partido, aunque finalmente fue derrotada por Muchova con un marcador de 7-6(6) y 6-4. Tras el encuentro, la tenista británica agradeció el apoyo recibido y expresó su orgullo por haber competido a pesar de la difícil experiencia.  

Paralelismos y lecciones aprendidas

Aunque los incidentes que afectaron a Seles y Raducanu ocurrieron en contextos y épocas diferentes, ambos resaltan la vulnerabilidad de las atletas frente a individuos con comportamientos obsesivos. 

El ataque a Seles llevó a una revisión de las medidas de seguridad en los torneos de tenis, pero el reciente episodio con Raducanu demuestra que aún queda trabajo por hacer para garantizar la protección de las jugadoras. La WTA ha reiterado su compromiso con la seguridad, implementando protocolos más estrictos y colaborando estrechamente con los organizadores de los torneos para crear entornos seguros. 

Es esencial que estas medidas se apliquen de manera efectiva y que se mantenga una vigilancia constante para prevenir futuros incidentes.

Los casos de Mónica Seles y Emma Raducanu sirven como recordatorios contundentes de los peligros que enfrentan las atletas debido al acoso y la obsesión de ciertos individuos.  

 

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