Jerce Reyes Barrios, un venezolano de 36 años, ha sido deportado recientemente de Estados Unidos a El Salvador debido a un tatuaje que las autoridades estadounidenses interpretaron como una señal de afiliación al grupo criminal Tren de Aragua. A pesar de encontrarse legalmente en el país norteamericano, su tatuaje de una corona sobre un balón de fútbol, acompañado de la palabra "Dios" y un rosario, fue considerado como evidencia de su pertenencia a dicha organización.
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Un tatuaje malinterpretado
La pasión de Reyes Barrios por el fútbol y, en particular, por el Real Madrid, lo llevó a tatuarse una versión personalizada del escudo del club en su brazo izquierdo. Según su abogada, Linette Tobin, este diseño era una forma de expresar su admiración por el equipo español.
Sin embargo, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos interpretó este tatuaje como un indicio de afiliación al Tren de Aragua, una pandilla venezolana que ha sido designada como organización terrorista por la administración de Donald Trump.
Deportación bajo la Ley de Enemigos Extranjeros
La administración Trump invocó la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para llevar a cabo deportaciones rápidas de individuos sospechosos de pertenecer a organizaciones consideradas enemigas del país. Esta ley, que no se utilizaba desde la Segunda Guerra Mundial, permite al presidente deportar o restringir la movilidad de ciudadanos de países enemigos sin necesidad de un proceso legal previo. En este contexto, Reyes Barrios fue deportado a El Salvador y trasladado al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una prisión de máxima seguridad en ese país.
La deportación de Reyes Barrios ha generado críticas por parte de abogados y defensores de los derechos humanos, quienes argumentan que las pruebas utilizadas para justificar su deportación son insuficientes y que no se le brindó el debido proceso legal. Además, señalan que el uso de tatuajes como evidencia de afiliación a pandillas es problemático, ya que muchos diseños son comunes y carecen de asociaciones específicas con organizaciones criminales.
El caso de Reyes Barrios no es aislado. La administración Trump ha deportado a 238 venezolanos a El Salvador bajo acusaciones similares de pertenencia al Tren de Aragua. Estas deportaciones han sido objeto de controversia, ya que muchos de los deportados y sus familias niegan cualquier vínculo con la pandilla y argumentan que sus tatuajes tienen significados personales sin relación con actividades delictivas.